Parece de risa pero no; el entrometido Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX) «llamó a contar» al embajador del Reino Unido en La Habana, Antony Stokes, por algo tan sencillo como tuitear una opinión personal.
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Por muy extraño que les parezca, y les recuerdo que en el Macondo cubano nada lo es, la cancillería cubana mandó a buscar al embajador británico en La Habana y lo sentó, lo «amarró a lo cortico» y lo acusó de «injerencista» por un tuit crítico del embajador con relación a violaciones de derechos ciudadanos en la isla.
Llamo la atención sobre el hecho de que fue en Twitter donde el embajador expresó su opinión personal, y no en un comunicado, ni a través de una declaración oficial como embajador, ni nada parecido.
Sin embargo, parece ser que el Director General de Asuntos Bilaterales de la cancillería cubana, Emilio Lozada, y los jerifaltes que cortan el bacalao en La Habana, no se han enterado de la sutil diferencia -vamos, de sutil nada: hay una diferencia enorme entre Twitter y una declaración oficial de un embajador- y tuvieron un encuentro este jueves con Stokes, en el cual se le instó a «respetar la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas que establece, en su art. 41, la obligación de no inmiscuirse en los asuntos internos del Estado receptor».
Se desconoce cómo reaccionó Stokes, que ya tiene la cachimba llena por las cosas que está viendo en la isla, pero si seguimos «el hilo» del tuit de Emilio Lozada, tal parece que hasta una oreja le halaron al embajador británico.
Todo comenzó a raíz de que el embajador británico publicara en Twitter el pasado martes.
«El hostigamiento, las detenciones contra manifestantes pacíficos, los juicios sin el debido proceso y la censura encarnada hoy por el #DecretoLey35 silencian voces legítimas y violan convenciones internacionales», un tuit que fue compartido miles de veces y que generó cientos de comentarios de apoyo, pero que le provocó una escabiosa severa al MINREX, especialmente al joven diplomático cubano Damián Delgado Vázquez, quien le cayó a Stokes como mosca al dulce, aunque con tonterías propias de su inmadurez como diplomático.
Sin embargo, el MINREX decidió dejar a un lado al punching bag de Delgado Vázquez, a quien un colega de estudios calificó como «un buen socio y nada más en la cabeza», y le asignó a Stokes a Lozada, otro que bien baila y que olvidó que en materia de intromisiones nadie le gana al MINREX.
Especialmente a su canciller «Pinocho» Rodríguez, que a cada rato anda entrometiéndose en los asuntos de otros países.
Lozada -entiéndase MINREX- al parecer olvidó también que varios diplomáticos cubanos «acantonados» en Washington fueron expulsados de los EE.UU. recientemente por meter las narices donde no debían; y que también fue expulsado de Colombia, el joven «diplomático» Omar Rafael García Lazo, por entrometido y también por reclutador de mentes para lavarles el cerebro. O al menos intentarlo.
Lozada, dice, le recordó a Stokes que la ley británica «establece sanciones destinadas a promover la prevención de la actividad cibernética que debilite la integridad del país, cause pérdidas económicas o afecte a un número significativo de personas»; e incluso se atrevió a comparar el Decreto-Ley 35 con la normativa de ciberseguridad de Reino Unido.
Stokes muy probablemente debió hacer gala de un aplomo infinito para no reírsele en la cara a Lozada en pleno MINREX, pero al final tuvo que acatar la «explicación», so pena de ser expulsado del país.
