Chile anunció que retomará las deportaciones de migrantes en situación irregular, en su mayoría venezolanos, pero en territorio chileno hay probablemente cientos de migrantes cubanos en similares circunstancias que podrían correr igual suerte.
Según cifras oficiales, se calcula que la inmigración cubana en Chile si bien es de baja importancia, en los últimos años se ha incrementado de manera notoria la presencia de cubanos allí.
Hasta finales de diciembre de 2019, se calculaba que en el país andino residían cerca de 16.253 inmigrantes cubanos. Sin embargo, este número podría haber aumentado de manera exponencial y dramática; aún cuando no todas las facilidades están creadas allí para la permanencia de los cubanos.
Dos años antes, en el 2017 las solicitudes de asilo de cubanos en Chile había aumentado en un 2.862%; en gran medida porque Chile se había convertido en un imán de inmigrantes por su próspera economía. Muchos médicos cubanos y especialistas de la salud emigraron a ese país, pero del 2018 a la actualidad la situación pudiera haber cambiado; y las noticias en el portal de Extranjería con relación al otorgamiento de nacionalidades es bien esporádica.
Habrían llegado allí impulsados por un plan del presidente chileno Sebastián Piñera, quien incluso el 25 de julio de ese año presidió un acto en el que se le estampó la visa y se entregaron carnets de identidad a casi 156.000 extranjeros que se inscribieron para regularizar su situación, entre los que habían 5 mil 451 cubanos.
Piñera manifestaba entonces sobre el nuevo Proceso de Regularización Migratoria creado por su segunda administración, que se había hecho “para que puedan iniciar una vida con tranquilidad, con seguridad, y yo espero también que puedan ser muy felices en nuestro país”.
Dos años después, la situación para los cubanos parecía ya bien diferente, y un artículo de Radio Universidad de Chile daba cuenta del drama de un grupo de cubanos que habían sido expulsados del albergue de migrantes instalado por la Municipalidad de Recoleta en el colegio República de Paraguay. Vivían en la calle.
Ya para mayo del año en curso, BBC hablaba del fin del sueño chileno, y organismos de la ONU calificaban la situación con los inmigrantes en Chile como «desprecio» a los derechos humanos.
Un informe reciente del Departamento de Extranjería e Inmigración de Chile indica que «los cinco países que concentran el mayor número de personas extranjeras residentes en el país en el periodo señalado, mantiene la tendencia de las estimaciones anteriores, siendo éstos Venezuela (30,7%), Perú (16,3%), Haití (12,5%), Colombia (11,4%) y Bolivia (8,5%), los que suman en conjunto un poco más de 79% del universo total. Cuba es el onceno país en ese listado.
Ya desde septiembre del 2020, la situación para muchos cubanos en Chile se había tornado peligrosa, a pesar de que las autoridades habían anunciado meses antes que los cubanos, como cualquier otro grupo de migrantes, tenían derecho a solicitar asilo político. En ese mes, un grupo de migrantes cubanos que habían ingresado de forma irregular a Chile y cumplían “cuarentena preventiva” contra el coronavirus en una Residencia Sanitaria de la ciudad de Arica se fugaron de un Centro de Aislamiento, muy probablemente para evitar ser deportados a la isla.
Ahora, ayer miércoles, Chile anunció que retomará las expulsiones masivas de migrantes en situación irregular, y aunque dijo que en su mayoría se trata de venezolanos (ver tabla encima), el drama involucraría a todos los que ingresan por pasos no habilitados, entre los que hay cientos de cubanos.
Además ayer habló el ministro del Interior, Rodrigo Delgado sobre la reanudación de los vuelos de expulsión. Dijo que entre febrero y agosto de este año se efectuaron cuatro de esos vuelos, en los cuales fueron deportadas 547 personas, mientras que durante 2020 fueron expulsados 1.365 migrantes.
«Hemos tomado nota de las recomendaciones, hemos revisado nuestros procesos, somos respetuosos de los fallos, pero en ese contexto durante las próximas semanas vamos a retomar las expulsiones», declaró Delgado a la prensa en Santiago.
Según cifras recogidas en la conferencia de prensa, hay un creciente aumento del ingreso de migrantes por pasos clandestinos en la frontera con Bolivia, en el norte chileno, por donde han cruzado 23.673 migrantes en los primeros siete meses de 2021, casi 7.000 más que en todo el año pasado.
«Chile es hoy día un destino migratorio atractivo para muchos (por) la situación sanitaria, las vacunas (en contra del covid-19), la situación económica, la necesidad de emplear a personas que, muchas veces, no se están empleando en distintos rubros», afirmó el ministro.
«En esto quiero ser muy claro, si uno revisa la estadística mientras pudimos expulsar nos fue bien con el flujo migratorio en la frontera con Colchane. Lamentablemente cuando tuvimos que dejar de expulsar subió el ingreso clandestino», explicó Delgado.
Solo en agosto, 331 extranjeros, de ellos 260 venezolanos, llegaron hasta Colchane. El resto son de nacionalidad boliviana, peruana y colombiana, precisaron las autoridades.
«Solo somos humanos que estamos buscando una oportunidad» dijo al The Wall Street Journal Yanisleidys Díaz, cubana de 39 años que inició a principios de este año una larga travesía de más de 5 mil kilómetros desde Chile y que pretende culminar en la frontera de México con los EE.UU.
La cubana había llegado a Chile en el año 2019, y en medio de la pandemia, en el año 2020 les llegó el aviso de las autoridades chilenas: tenían que irse del país en un lapso de 180 días.
Ahora se encuentra, junto a sus dos hijos, en un campamento en el puerto ribereño de Lajas Blancas en Panamá; pero antes de llegar allí, tuvieron que -como muchos otros migrantes- cruzar el tapón del Darién, donde fueron asaltados, y donde una banda amenazó con un cuchillo en el cuello a su niño más pequeño, de apenas 11 años de edad.
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