Un hombre residente en Miami Beach se encuentra tras las rejas, luego de que se descubriera cómo engañó a una joven a la que le aseguró que podía ganar mucho dinero, pero contra quien luego cometió un error mortal.
Así lo hizo saber la policía, en un caso no tan extraño y que sucede con mucha frecuencia. Al menos en su primer «acto».
Sobre el tema se ha debatido bastante y vuelve a saltar a la luz; y es la manera en que las jóvenes en los EE.UU. son particularmente influenciables y cómo el modo de vida que les hace confundir a muchos la libertad con el dinero, termina precisamente usando el segundo como gancho para quitarte lo primero y lo más ansiado de un ser humano: ser libre.
En el caso de esta chica sucedió así. Un hombre aparentemente muy solvente al volante de un auto moderno, se detuvo y la convenció de que con él podía ganar mucho dinero. La joven primeramente lo atendió, lo escuchó y finalmente terminó «embrujada» con las promesas.
«Estas son personas expertas en manipular a las mujeres. El tráfico humano es un crimen organizado,» dijo una experta entrevistada por el canal NBC6.
Según el acta policial, el lunes 23 de mayo la policía de Miami Beach fue contactada por una persona con relación a un posible caso de tráfico humano. Una mujer contó que su hija le había relatado cómo un hombre la había obligado a prostituirse e incluso forzado a tatuarse en el brazo.
Cuando la policía conversó con la víctima esta les contó que había conocido un hombre que se identificó como J.G mientras ella se encontraba en un CVS, localizado en Washington Ave. y 10th St., en Miami Beach. Allí acordaron verse luego en un hotel situado en Collins y la 16th Ave. Cuando la chica esperaba, el hombre se apareció en un Ferrari rojo; le dijo que se apurara, que estaban contrarreloj y ella montó en el auto y se fueron del lugar.
El hombre la contactó luego. Le dijo que ella podía ganar mucha plata vendiendo yates de lujo para él, pero todo resultó ser un vil engaño. En esta segunda ocasión, J.G se apareció con chofer y todo.
La joven contó cómo consumieron drogas en su auto y en la habitación del hotel, además de alcohol.
Fue entonces cuando estalló todo. J.G se puso agresivo con ella apenas el chofer se fue de la habitación y le empezó a pedir que le enseñara sus pezones. Después de eso, le quitó el pullover y trató de penetrarla. La víctima, aún «clara», no se lo permitió, pero el hombre la forzó a sostener sexo oral, mientras insistía luego en penetrarla.
Horas después llegó «el chofer» regresó a la habitación del hotel en Miami Beach y le preguntó a J.G si habían pasado un buen rato y si la chica valía la pena.
La historia de esta joven que afortunadamente logró escapar de lo que hubiese sido caer en la red de prostitución, y además poder denunciar a este traficante, y que este se encuentre arrestado, nos sirve de alerta para sujetos como él que pululan en lugares como Miami.
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