Cuestionan propuesta del Nobel de la Paz para la Henry Reeve

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La candidatura de la brigada Henry Reeve para el Nobel de la Paz es enarbolada como una victoria por el régimen cubano

En el perfil de Facebook del grupo Nosomosdesertores Somoscubanoslibres se ha publicado el texto de una carta que se enviará el próximo 16 de agosto al Comité del Nobel de la Paz.

«Invitamos a todo el personal de salud cubano que forme o haya formado parte de las brigadas médicas cubanas en otros países del mundo a firmar esta Carta al Comité del Nobel de la Paz. El plazo para firmar es hasta el 15 de agosto… Como muchos saben, la brigada médica Henry Reeve ha sido nominada a este galardón mientras Cuba atraviesa la peor crisis sanitaria y humanitaria en su historia. El Ministerio de Salud Pública no solo se ha negado a retornar a nuestro personal de salud a Cuba para aliviar la escasez de médicos, enfermeros y medicamentos, sino que ha manipulado la verdadera dimensión del desastre sanitario en la isla».

La misiva para el Comité del Nobel de la Paz ha sido coordinada por Archivo Cuba, No Somos Desertores, Asociación Sindical Independiente de Cuba y el Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba

Texto íntegro de la Carta para el Comité del Nobel de la Paz

Nosotros, médicos, enfermeros y otros especialistas que hemos sido o somos parte de misiones médicas internacionales de Cuba, informamos al Comité del Premio Nobel de la Paz sobre las siguientes violaciones sistemáticas que el Estado cubano comete contra nuestros derechos fundamentales en torno a las brigadas médicas que envía a otros países:

  1. Los trabajadores de salud cubanos estamos obligados a trabajar solo para el Estado cubano, que restringe nuestra salida del país y nos compensa con míseros salarios que apenas garantizan la supervivencia; ser parte de una misión internacionalista es prácticamente la única forma de mejorar mínimamente nuestras pobres condiciones de vida y las de nuestras familias.
  2. El Estado cubano nos presiona a firmar un contrato de trabajo con el Ministerio de Salud de Cuba o empresas del Estado cubano que no precisa adecuadamente las condiciones y el lugar de trabajo, nuestra compensación y muchos otros aspectos que nos competen, y que no protege nuestros intereses.
  3. El servicio en el extranjero nos obliga a separarnos de nuestras familias en Cuba por muy largos períodos y no se nos permite viajar a Cuba incluso en casos de enfermedad grave o muerte de hijos, cónyuges y padres.
  4. Si cesamos nuestras labores o protestamos, sufrimos represalias que incluyen, según lo decretado por ley, hasta ocho años de prisión y el impedimento de entrar en nuestro país, Cuba, por al menos ocho años o de que nuestras familias puedan salir de Cuba para unirse con nosotros en el extranjero.
  5. El Estado cubano, directamente o mediante la entidad estatal contratante, retiene la mayor parte del salario que el empleador de nuestros servicios paga por nuestro trabajo, por lo que recibimos un porciento muy inferior al monto pagado y que, en la mayoría de los países, está muy por debajo al salario de los profesionales con capacidades y responsabilidades equivalentes.
  6. Nos someten al “Reglamento disciplinario para los trabajadores civiles cubanos que prestan servicios en el extranjero como colaboradores,” que contiene numerosas restricciones arbitrarias y medidas disciplinarias. Entre otras, no nos permite conducir un automóvil, tener relaciones sentimentales o casarnos con locales sin autorización, visitar otras ciudades, pasar la noche fuera de la residencia o asociarnos socialmente con personas en el país anfitrión que no apoyen los ideales políticos del gobierno cubano.
  7. Carecemos de los derechos laborales más básicos protegidos por el derecho internacional e incluso por la legislación de la mayoría de los países donde somos enviados a laborar; en muchos países se nos requiere cumplir tareas de orden político.
  8. Estamos constantemente vigilados por supervisores y colaboradores de las autoridades cubanas y obligados a informar sobre compañeros de trabajo que rompan las regulaciones disciplinarias, estén pensando abandonar la misión, o de alguna manera “ofendan el honor de la patria y sus símbolos.”
  9. El gobierno cubano nos bloquea el acceso a nuestros títulos y credenciales, lo que nos impide el empleo y la superación profesional fuera de Cuba.

Además de lo anterior, muchos de nosotros hemos estado sometidos a condiciones de vida y trabajo muy deficientes, inseguras y hasta peligrosas. Entre las mujeres, muchas hemos sufrido el acoso sexual y otros abusos por parte de nuestros supervisores, sin contar con mecanismos de apoyo o protección.

Finalmente, vemos con dolor y frustración como la población cubana se ha visto muy afectada por la escasez de médicos, especialmente de especialistas, por el envío masivo de los trabajadores de la salud al exterior para generar divisas y que ni siquiera se invierte en mejorar el depauperado sistema sanitario de nuestro país. Asimismo, muchos países con acuerdos en el área de la salud con Cuba reciben de Cuba suministros médicos y medicamentos que no están disponibles para la población cubana.

Esperamos que su prestigioso Comité tome en consideración lo anterior al evaluar la nominación para el premio Nobel de la Paz de las brigadas médicas cubanas de emergencia Henry Reeve. Los abusos enumerados anteriormente –que nos afectan en muy diversos sentidos como individuos, profesionales y miembros de familias, comunidades y una nación– no nos han impedido cumplir con el compromiso profesional y sentimiento humanitario que merece todo paciente dentro y fuera de Cuba.

Puede leer también: Doctora cubana desvela detalles de las misiones médicas

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