Una maestra de escuela primaria, madre de dos niños, fue asesinada el sábado en la localidad de Delicias del municipio Puerto Padre, en la provincia de Las Tunas. El hecho ha generado un profundo impacto social y ha vuelto a poner en el centro del debate público la creciente violencia de género en Cuba.
Nancy Leyva García, conocida por su comunidad como “Nancita”, fue apuñalada presuntamente por su pareja en plena vía pública, en la Calle 13 del poblado. La víctima era una figura muy querida por sus estudiantes, compañeros de trabajo y vecinos, quienes han expresado públicamente su dolor y consternación.
El presunto agresor fue detenido poco después del crimen y permanece bajo custodia en la sede de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) de Puerto Padre. Hasta el momento, no se han emitido declaraciones oficiales por parte del Ministerio del Interior ni de la Fiscalía Provincial.
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Este asesinato ocurre en un contexto en el que la violencia machista en Cuba ha adquirido mayor visibilidad, en parte gracias al trabajo de observatorios independientes y plataformas feministas que documentan los feminicidios ante la falta de estadísticas oficiales sistemáticas. Organizaciones como Yo Sí Te Creo en Cuba y el Observatorio de Género de Alas Tensas han reportado un aumento sostenido de casos en los últimos años, advirtiendo sobre la urgencia de implementar mecanismos efectivos de prevención y protección.
La ausencia de una Ley Integral contra la Violencia de Género, reclamada por colectivos de mujeres desde hace más de una década, sigue siendo uno de los principales reclamos al Estado cubano. Aunque en años recientes se han incorporado artículos específicos en el nuevo Código Penal relacionados con el feminicidio, muchas activistas denuncian que las medidas institucionales siguen siendo reactivas y no logran ofrecer una red de apoyo real a las víctimas.
Tras el asesinato de Nancy, vecinos de Delicias organizaron un pequeño altar frente a su vivienda con flores, velas y mensajes de despedida. En redes sociales, amigos, colegas y ciudadanos de todo el país compartieron imágenes de la maestra y exigieron justicia. A Nancy la describieron como “no solo una educadora, sino el alma de la comunidad”.
