Hace unos años convergieron dentro de una misma generación de actores cubanos varios nombres que se puede asegurar marcaron de forma permanente la escena dramática de la Isla.
Entre estos nombres no pueden faltar los de Luis Alberto García Novoa, Néstor Jiménez Rodríguez y Patricio Wood Pujol, tres intérpretes que han conquistado el corazón del público cubano con sus aclamadas interpretaciones a lo largo de sus carreras.
Además de su talento, estos actores comparten varias vivencias que datan desde los años de su juventud. Y, en algunas entrevistas, han revelado anécdotas que han compartido en las redes sociales, mostrando otra faceta a sus seguidores.
Un ejemplo es la divertida y singular anécdota que García compartió en una entrevista con Giselle González. Esta historia se remonta a los tiempos en que los tres actores aún deambulaban por los pasillos de la Universidad de las Artes (ISA).
«Nosotros estábamos en el ISA, y Patricio, que ya había hecho ‘El Brigadista’, y siempre ha sido fanático al cine» comenzó contando el querido actor de 62 años, «tenía una cámara de cine de 8 milímetros, yo nunca en mi vida había visto eso».
García relató cómo, con aquel preciado artefacto, se dedicaban a grabar en video las salidas y las «locuras» que realizaban junto a un grupo de campismo del ISA.
«Y de pronto un día (haciendo referencia a Wood) dijo: ‘Oye, quiero hacer un cortometraje en broma allá en Cojímar’,» recordó García. El audiovisual correría cargo de «La Cojímar Film», un proyecto que permitió a Wood enamorarse de la dirección cinematográfica, grabando cine silente de aficionados.
«Entonces, Néstor Jiménez, mi querido primo, mi querido ‘vinagrito’ y yo hacíamos unos indios, con taparrabos y unas plumas, una cosa, aquello era una locura» comentó Novoa sobre la trama del corto.
«Entonces, con pasta de diente, (rusa), hizo maquillaje de indios, apaches, lo que tú quieras, pero era todo el día filmando en los arrecifes de Cojímar, a un Sol que rajaba las piedras, y en cuanto nos quitamos los maquillajes teníamos todo el Sol de Cuba, en los rostros y las marcas de dónde había estado la pasta dental» agregó el experimentado actor, riendo al recordar aquellos tiempos.