En un universo donde las estrellas del espectáculo suelen aferrarse a una estética definida, Eduardo Antonio, más conocido como El Divo de Placetas, ha convertido la mutación en su arte y la extravagancia en su lenguaje visual.
No hay alfombra roja, pasillo de hotel ni pasarela improvisada que escape al magnetismo de este artista cubano, que ha hecho del exceso un sello personal. Y lo último que ha dejado claro en redes sociales es que la reinvención no tiene límites, ni fecha de caducidad.
“Vengo renovado y con nueva imagen”, escribió hace apenas unos días junto a una fotografía que ha dado la vuelta a Instagram. En ella aparece con un peluquín de cabello ondeado, que cae con teatralidad sobre sus hombros. Un cambio radical si se compara con el look anterior que lució en la alfombra roja de los Billboard Mujeres Latinas en la Música, donde optó por un afro voluminoso al mejor estilo de los 70.
El nuevo estilismo, aunque aplaudido por muchos, también recibió su cuota habitual de críticas. “Se nota que es una peluca”, comentó un usuario con intención burlona. Pero El Divo, como es costumbre, respondió sin pelos en la lengua: “Y usaré muchas más de colores y sabores, serán mis nuevos accesorios. Mi vida no será aburrida”. Ahí radica su poder: en asumir lo artificial como parte del espectáculo y devolver el golpe con humor y seguridad.
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No es un secreto que Eduardo Antonio ha pasado por diversas intervenciones estéticas, incluido un polémico cambio de color de ojos. Su transformación es constante, y no parece interesarle en lo más mínimo complacer a los estándares tradicionales de belleza. En lugar de eso, prefiere jugar con lo excéntrico, mezclar géneros, texturas, épocas y referencias con una libertad envidiable.
En el último año, ha logrado que sus caminatas por los pasillos de hoteles o clínicas de belleza se conviertan en verdaderos shows virales. Estas pasarelas improvisadas, donde camina al ritmo de música dramática mientras presume su outfit del día, se han vuelto una especie de sketch recurrente. Tanto así, que otros artistas en Miami han comenzado a imitarlos con tono cómico, pero también con cierta fascinación.
Y si había alguna duda de su capacidad para dejar huella, basta recordar su reciente aparición en el programa Hoy Día, de Telemundo, donde se presentó junto al cantante Fedro. Allí, más allá del performance, lo que captó la atención fue un pañuelo oscuro que cubría sus ojos. El gesto, misterioso y teatral, desató especulaciones: “¿El Divo se quedó ciego?”, bromeó un usuario. La respuesta nunca fue aclarada del todo, pero en el mundo del Divo, el misterio también es parte del vestuario.
Sin embargo, nada se compara con el espectáculo que ofreció durante su desfile por la alfombra roja de los Billboard Mujeres Latinas en la Música. Su presencia, coronada por una enorme peluca afro, fue completada con un conjunto negro estilo setentero: pantalones campana, blusa de encaje ajustada y una cascada de collares dorados que atrapaban cada flash. Allí no solo desfiló: desafió las normas de lo “aceptable” y las convirtió en oro puro para sus seguidores.