Un hombre de Miami fue a renovar su licencia de conducción y terminó con su identidad robada cuando, dos empleados de la oficina decidieron usarla para sus fines propios.
Este delito, tan común en los EE.UU. – el robo de identidad – es uno de los delitos considerados graves, pero a la vez muy fácil de cometer. Basta por ejemplo que, si sales a la calle a buscar trabajo y te dan una planilla a llenar pongas tus datos – todos – en ella, incluido el número de Seguro Social, y que el malandro decida usarlo. Luego vienen las propiedades, tarjetas de crédito, etc. y etc.
No hablo siquiera del desconocimiento. Como víctima de este delito es complejo que, como sucedió en mi caso, con apenas unos meses de estancia en los EE.UU., sin siquiera haber llegado al año, y sin tener aún trabajo te encuentres que, de pronto, alguien uso tú número de seguro social (SSN) y te abra 13 cuentas de COMCAST en 13 propiedades diferentes de la ciudad de Miami. Y no, no es fácil resolver ese asunto. Muchos se dan cuenta demasiado tarde que son víctimas de este fraude.
Este hombre de la historia que le traemos ahora, por suerte, «se dio cuenta» bastante rápido de lo que había sucedido. Ahora, los dos empleados están tras las rejas.
Pero si sucedió «rápido» fue obra de la casualidad. En su caso, involucraba no el SSN, sino su licencia de conducción.
Lloyd Gayle, trabaja como alguacil en el Palacio de Justicia del Condado de Miami-Dade y en las Navidades pasadas un hombre le chocó su auto. La policía vino, pidió ambas licencias y, al chequear la suya en el sistema aparecía su nombre y su dirección pero, había otra foto.
Lloyd Gayle afirma ahora:
“Si no fuera por este incidente, nunca lo habría sabido”.
Y es verdad. ¿Quién puede sospechar que su Licencia de Conducción está en manos de otra persona?
Ni el policía ni él supieron dar una respuesta a esa situación, así que el hombre fue a la oficina estatal de licencias de condución que hay en el Northwest 27th Avenue en Miami para solucionar el entuerto.
Allí habló con el gerente y este le informó que la pasada semana un hombre había sido arrestado por ese mismo delito. De hecho fue por tener una versión fraudulenta de la identificación de Lloyd.
Lloyd no sabe por qué no lo llamaron y contactaron, pero la realidad fue esa.
El implicado en el robo de la licencia de conducción de Lloyd es Jeffrey Jerome Hepburn. Este fue arrestado por un oficial de la Patrulla de Carreteras de Florida en la propia oficina cuando intentaba obtener una identificación bajo el nombre de otra persona.
A Hepburn se le acusa de haber cometido el mismo delito con al menos otras dos personas pero, lo espeluznante llegó con su arresto, en el momento de dar su declaración ante la policía.
Según el informe del arresto, Hepburn dijo a los investigadores que hay personas que “trabajan dentro de la oficina de licencias de conducir, que lo ayudan a obtener identificaciones fraudulentas”.
Reventada la bomba, se contactó a la oficina de Seguridad Vial y Vehículos Motorizados en Tallahassee, capital estadual de la Florida. De inmediato se puso en marcha una investigación por fraude.
Como resultado de esta investigación, dos empleados, Sheila L. Swindle y Nakia Mackey, fueron despedidos por estar involucrados en transacciones fraudulentas.
Lloyd sin embargo insiste en que algo muy malo funcionó dentro de la Oficina de la Licencia de Conducción, porque aparte de lo sucedido, a él nunca le avisaron que había sido una de las tres víctimas en ese fraude.
“Dios no lo quiera, pero si algo de esto vuelve a suceder, entonces debe haber algún tipo de medida en la que se notifique a las víctimas, porque nuevamente, la única razón por la que lo supe fue porque tuve un accidente automovilístico,” dijo el hombre.
Pero como a perro flaco todas son pulgas, ese asunto no se quedó ahí.
El portal que cubrió la noticia de lo sucedido con este hombre y su licencia de conducción dice que el mismo día que Lloyd se enteró de que su identidad estaba comprometida en la oficina de licencias, empezó a recibir correspondencia sobre cheques fraudulentos a su nombre.
Ya la Fiscalía del Estado ya está investigando el asunto, pero el mal rato de una identidad robada es algo muy serio.
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