Mucho se habla en redes últimamente de las ingeniosas antenas de discos que hacen los cubanos para mejorar la conectividad a internet en sus casas.
No pocos se han dedicado a confeccionar a mano estos artefactos, de acuerdo con un detallado plano compartido por radioaficionados, porque aseguran que optimiza la cobertura móvil y la señal que captan sus dispositivos.
Algunos fabrican este tipo de antenas para su uso personal o para venderlas, ya que su popularidad crece por días, así como la estética y la calidad con que se hacen.
Hay quienes desaconsejan ponerle un fondo de lata, si bien “es más económico y fácil de hacer”. Lo mejor, dicen, es hacer la base con un tubo plástico, pvc o madera, que “da mejores resultados” porque reduce las interferencias, así como utilizar un buen cable coaxial “sin varios empalmes”.
Reportes del “buen funcionamiento” de estas antenas, cuyo nombre ya lleva al menos un grupo de Facebook, llegan de usuarios de provincias como La Habana, Matanzas, Villa Clara, Sancti Spíritus, Camagüey, Holguín y Guantánamo, por lo que parecen bastante extendidas en toda la isla.
Algunos de sus fabricantes afirman que “la diferencia entre una buena conexión y una mala” con estas antenas “está en detalles pequeños” que a veces no se ven, como que sus extremos no estén firmemente conectados, que la antena se mueva con el viento o no direccionar hacia una torre y hacia arriba, para evitar obstáculos en el terreno.
Claro, los expertos recalcan que las antenas de discos no dan más ancho de banda, sino que “mejoran la señal”. Es decir, que la velocidad de conexión sigue dependiendo de las radiobases a las que se conecta la antena. “Si todas las radiobases a las que se conecte la antena están saturadas, podrás tener cinco palos de cobertura, que tu conexión será una asco”.
Por otro lado, numerosos internautas resaltan que desde la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) critican el uso de estas antenas porque “causa interferencias en las conexiones”, lo que es una completa burla, dada la pobre calidad de la conexión que proporciona el monopolio estatal.
Según denuncian varios cubanos, Etecsa no ve con buenos ojos estos artefactos porque quiere “venderte los amplificadores de señal que tienen en venta para que te lo compre un familiar de afuera en 536 dólares, mientras en Amazon los mismos cuestan 180”; y hay a quienes “les han ido arriba” para “decomisarles esos paraticos”.