No es un secreto que Estados Unidos es una de las plazas más importantes no solo para las agrupaciones cubanas, sino de todo el mundo.
Sin embargo, se ha convertido también en un escenario muy difícil para los grupos cubanos de cualquier manifestación artística porque si antes era probable que se quedaran artistas en ese país durante las giras o conciertos, hoy es una realidad como un templo: son muy pocas las agrupaciones cuyos integrantes no se quedan en tierras estadounidenses cuando tienen la oportunidad de actuar allí.
O sea, ir a Estados Unidos es casi un boleto de no regreso para los artistas cubanos. Los casos ya no se pueden contar con los dedos de la mano. El más reciente fue el de la orquesta de Manolito Simonet, que perdió a varios de sus músicos durante un periplo por este país. La estampida fue tal que Simonet decidió no incluir por el momento a EE.UU. en sus giras internacionales.
Esta situación pone a los funcionarios de cultura y a los directores de las agrupaciones en un dilema. Ir o no a Estados Unidos. Casi siempre optan por la primera opción debido, entre otros factores, a la importancia de ese país para cualquier músico pero lo hacen convencidos que el grupo regresará con “grandes bajas” en su formación.
Por otra parte, se conoce que hay directores de orquesta o funcionarios que deciden no llevar a ciertos artistas “marcados” a actuaciones en EE.UU., para tratar de evitar los abandonos pero en cualquier caso esa medida es irrisoria porque que nunca se sabe a ciencia cierta quien abandonará el “barco”.
De un modo u otro cada vez más los artistas cubanos dejan sus grupos no solo durante giras por el país norteño sino en cualquier nación que le brinde algún tipo de oportunidades de desarrollo. Acaba de pasar con el Ballet de Camagüey, que perdió a ocho de sus integrantes durante una gira por España.
Y había pasado antes con decenas de agrupaciones que prácticamente se han quedado en pleno en diferentes países y solo ha virado el “capitán del barco” junto a dos o tres más de lo integrantes de la tripulación.
La verdad es que los artistas, como la mayoría de los cubanos, no lo piensan dos veces cuando tienen la oportunidad de emigrar. Más cuando les ponen en la mano la posibilidad de una gira con todos los gastos pagos que para ellos significa, entre otras cosas, un pasaje gratis sin regreso.
