La zona costera de Busan, ubicada en la región sureste de Corea del Sur, acogerá la construcción de la primera ciudad flotante del mundo, diseñada por la empresa Oceanix, con el respaldo del gobierno nacional, y el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat).
Las costas y los puertos de Busan están amenazados por el aumento del nivel del mar y otros desastres naturales, y la urbe que se planea inaugurar para 2025 podría resistir huracanes, inundaciones y tsunamis de categoría 5.
De forma hexagonal, la ciudad, aun sin bautizar, estará diseñada para que todos sus habitantes puedan producir sus propios alimentos, contar con un sistema de agua potable y generar electricidad con paneles solares.
Dado su concepto optimizador del espacio, debajo de las plataformas que flotan sobre el mar se podrán almacenar vieiras, algas u otro tipo de mariscos, mientras que se buscará usar los desechos de los peces para fertilizar las plantas y otros cultivos.
Con una capacidad de albergue de unas 10 mil personas, esta ciudad prototipo «es algo que esperamos que sea útil para todas las ciudades costeras del mundo, y para todas las comunidades costeras que se enfrentan al reto del incremento del nivel del mar», comentó a Insider Itai Madamombe, cofundador de Oceanix, quien se reunirá en 2022 con la ONU para comenzar a diseñar las plataformas de la ciudad, de la cual aún no se precisa su tamaño con exactitud. El costo se calcula en 200 millones de dólares estadounidenses.
Si este proyecto piloto en Busan es coronado por el éxito, Madamombe anunció que es probable que se replique en otras partes del mundo, pues Oceanix ya está en conversaciones con los gobiernos de otras diez naciones 10 para la construcción de otras tantas ciudades flotantes como la surcoreana.
La ciudad portuaria de Busan es considerada una zona particularmente vulnerable ante los peligros que conlleva el inminente incremento del nivel del mar, y en la última década ha sido muy afectada por tifones como el Chaba, que inundó la ciudad en 2016, y el Kong-rey, que generó un gran apagón en 2018. La entereza y resistencia de la ciudad flotante podrán ser suficientemente probadas para sistematizar su construcción a lo largo de los mares del mundo.
Oceanix se propone como “la próxima frontera de la humanidad”, tal como reza su eslogan, y busca responder a la amenaza que representa para los océanos el desmedido crecimiento de las ciudades costeras, que provocan la destrucción de millones de hectáreas de los mares y todos sus ecosistemas. Las ciudades flotantes buscan proponer una vida costera sustentable y armónica con las aguas.
