En horas tempranas de este 15 de noviembre, cuando la plataforma civil cubana Archipiélago convocó a una marcha pacífica por el cambio, la mayor parte del staff de la agencia española Efe, entre estos el coordinador del equipo, Atahualpa Amerise, continúa aún sin las credenciales retiradas por el gobierno cubano en acto de extrema soberbia contra la libertad de expresión.
Este sábado fueron devueltas las acreditaciones a la reportera Laura Bécquer y el cámara Felipe Borregoya, ante la trascendencia internacional del hecho calificado por la Federación Internacional de Periodistas (FIP), como medida de “ataque inaceptable contra la libertad de información”.
La Efe se ha mantenido en primera línea al reflejar la realidad de la isla sobre todo en este 2021 cuando los cubanos de a pie han manifestado su descontento con la extrema precariedad en que viven a causa de una economía totalmente en bancarrota, agudizada por la imposición de la moneda única en una iniciativa denominada por el alto mando cubano como Ordenamiento Monetario, lo que se percibió el 11 de julio último, fecha en la que ocurrieron disturbios espontáneos en todo el territorio nacional, suceso inédito en los 62 años de la revolución que impulsó en 1959 Fidel Castro.
Ante esta difícil coyuntura sociopolítica la plataforma Archipiélago, liderada por el dramaturgo Yunior García Aguilera, ha mantenido en jaque desde semanas atrás a la autoridades gubernamentales cubanas con el anuncio de una marcha por la democracia, la libertad de los presos políticos, así como los derechos de todos los ciudadanos, sobre todo la libertad de expresarse libremente y participar en los destinos de nación sin que medien diferencia políticas.
En sus inicios la marcha, prohibida por el sistema bajo la amenaza de acciones legales contra Archipiélago y quienes participen en el recorrido, fue previsto para el 20 de noviembre próximo, momento en que los gobernantes anunciaron maniobras militares ante lo cual se trasladó la iniciativa pacífica para el 15N, lo que causó mayores molestias por ser el día que, ante los bajos índices de Covid-19 anunciados por la salud pública, se determinó la apertura del país al turismo internacional, considerada la locomotora de la economía cubana por el aporte monetario que significa.
De esta manera Archipiélago varió su estrategia con el objetivo, según aseguraron sus máximos representantes, de evitar enfrentamientos violentos con las fuerzas del orden y paramilitares, en los que pudieran resultar lesionados cubanos que claman por justicia social.
Tanto es así que Yunior García Aguilera pretendió marchar solo, vestido de blanco y con una rosa de igual color en una mano un día antes del 15N, lo que no logró concretar por el acoso que sufrió por parte de la seguridad del estado que mantuvo rodeado el apartamento donde reside en el habanero barrio de la Coronela.
El régimen de la isla mantiene cada vez más una postura dura contra todo lo que pueda atentar contra su estabilidad atribuyendo las carencias existentes al embargo de Estados Unidos, por lo que califica de golpe blando y con pretensiones anexionistas todo acto opositor al considerarlo mercenarismo financiado por el imperialismo norteamericano.
Este sábado se ha percibido en La Habana, pese a una aparente tranquilidad, una atmósfera de alerta matizada por actos de repudio de los seguidores del sistema en diferentes plazas de la urbe, entre ellos los integrantes de un grupo denominado pañuelos rojos que protagonizó en el Parque Central del centro histórico capitalino una sentada, la que respaldó el presidente Miguel Díaz-Canel con su presencia.
Pañuelos rojos es una agrupación formada por jóvenes afiliados a las organizaciones comunistas y otros de los que son llamados revolucionarios, que gritaban consignas pro-gobierno, difundidas por la televisión cubana y otros medios de prensa nacionales.
Este 15N incluso antes de concretarse o no, ya pasa a la historia de Cuba por devenir acción de rebeldía de los excluidos por sostener un pensamiento diferente al establecido en los años de revolución socialista, resaltar como centro de atención del mundo y en especial de organismos internacionales y gobiernos que han alertado a su personal diplomático a observar los acontecimientos.
