En un universo digital donde el ruido y las críticas parecen ser moneda corriente, hay figuras que deciden no solo resistir, sino transformar la tormenta en combustible. Así lo ha hecho la cantante cubana Dianelys Alfonso, conocida popularmente como La Diosa, quien, con la determinación que la caracteriza, dejó claro que no piensa abandonar las redes sociales, pese al asedio constante de quienes la atacan desde el anonimato de un perfil.
La artista, radicada en Miami y símbolo de una nueva generación de voces cubanas con carácter, aprovechó una directa en Instagram para reafirmar su compromiso con su público, sus plataformas y, sobre todo, su esencia. La escena ocurrió mientras recogía su clóset -un gesto que ya se ha vuelto habitual en ella- para regalar parte de su ropa a sus seguidores, demostrando que su conexión con la gente va más allá del escenario.
En medio del intercambio, una seguidora bienintencionada le sugirió que se alejara de las redes para evitar la toxicidad que muchas veces circula en esos espacios. Pero La Diosa, lejos de mostrarse afectada, respondió con la franqueza y seguridad que la han convertido en un referente para muchos cubanos dentro y fuera de la isla.
“Linda, escúchame, yo soy una artista y mi mundo está con mis seguidores y las redes las tengo que utilizar para mi negocio, para mi música, para mis cosas”, dijo con claridad. Y remató: “Yo no me voy a salir de las redes por ninguna zarrapastrosa que me venga a criticar aquí… no me voy a autocensurar”.
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Este intercambio dejó al descubierto un tema de fondo que resuena con fuerza en la diáspora cubana: el valor de la visibilidad digital como herramienta de empoderamiento y sustento profesional. En un contexto donde muchos artistas cubanos han migrado no solo geográficamente, sino también hacia espacios digitales como medio de conexión con su público, las redes no son simplemente vitrinas de promoción, sino territorios simbólicos de resistencia.
La Diosa lo sabe bien. Por eso no se amilana ante los insultos. Al contrario, los reinterpreta como parte del juego y los convierte en estrategia: “Esa gente que está criticándome van a ver a una Diosa triunfar el 19 de julio”, dijo refiriéndose a su próximo concierto en el Watsco Center de Miami, una plaza clave para cualquier artista latino.
Ese espectáculo, además de su relevancia musical, se perfila como una respuesta a quienes han intentado desacreditar su carrera. “Tú estás de parte de la más dura de Miami, de la artista que siempre apoyó a su pueblo”, afirmó con orgullo. Porque si algo ha defendido La Diosa desde sus inicios -tanto en Cuba como en su etapa en el exilio- es su autenticidad sin filtros, su vínculo directo con la gente y una narrativa sin intermediarios.
Y mientras continúa regalando ropa, afinando su show en Miami y enfrentando cada crítica con el pecho en alto, lanza un mensaje que trasciende el chisme y el espectáculo: en tiempos de ruido, mantenerse visible también es una forma de amor propio.