Antes de lanzar el tema viral de Shakira, Music Session #53, el productor argentino Bizarrap ya la estaba rompiendo con la tiradera de Residente a J Balvin (#49), luego con la historia de vida del Duki (#50), más tarde el hit queer de la puertorriqueña Villano Antillano (#51) y su reguetón-dance mix con el canario Quevedo (#52).
Si bien la de Shakira ha superado los 141 millones de vistas en YouTube en solo 6 días y la de Villano Antillano acumuló 169 millones desde que fue publicada hace siete meses, hay que recordar que -a diferencia de la colombiana- la caribeña era una artista emergente de la que poco se conocía.
La Music Session #51 no solo sacó a Villano Antillano de las pequeñas presentaciones en clubs gais, sino que la catapultó a la fama internacional de un día para otro, convirtiéndola en una de las artistas más cotizadas de los últimos meses.
En cuestión de meses, Villano obtuvo todo el apoyo necesario para lanzar su nuevo álbum “La sustancia X”. Entre sus 11 pistas, se encuentra el tema “Mujer”, con un verso combativo de la cantante puertorriqueña iLe, hermana de Residente.
Y sí, Bad Bunny ha hecho furor en los discos de rap-rock en español, pero pocos podrían esperar vincular el progresivo y el trap con tanta facilidad como lo hace en “Puesta”, de Villano Antillano con la cantante cubana La Dame Blanche.
¿Quién es la cubana La Dame Blanche?
Su nombre real es Yaite Ramos Rodríguez, y cuando era niña quería ser flautista clásica, pero la crisis eterna que se vive en la Isla no se lo puso fácil. Así que empezó a cantar y tocar percusión para ganar algo de dinero en los sitios turísticos de Pinar del Río, de donde es natural.
Más tarde salió de gira y no hubo vuelta atrás: hoy reside en París, Francia, pero actúa en todo el mundo.
En entrevista con la alemana DW, La Dame Blanche define su música como “hip hop cubano urbano”. Se apropia de géneros muy variados que van desde el hip hop, la rumba, el flamenco o ritmos tradicionales de la India.
“Creo que el hip hop resume un poco esta pasión que siento de querer tocar todos los universos musicales”, comentó.
La Dame Blanche habla también de la nostalgia de estar lejos de Cuba y reconoce las dificultades que tienen los artistas cubanos que han logrado salir del país. “No me gusta hablar de política”, aseguró antes de argumentar: “La libertad es una gran palabra para un cubano”.
Tiene al menos dos discos concretados: Bajo el Mismo Cielo (2017) y Ella (2020), en los que explora los aspectos culturales, políticos, sociales y económicos que afectan la vida como mujer afrocubana en el siglo XXI.
La Dame Blanche es hija de Jesús “Aguaje” Ramos, trombonista del Buenavista Social Club, y se formó en la música clásica y el jazz, como una extensión de lo que le alimentaba alrededor, como herencia familiar.
“En busca de una perfección que nunca encontré, me tropecé con este hip-hop urbano por pura rabia, por puro deseo de cambiar, de dejar la perfección, de ser lo más sincera posible”, le contaba la artista en 2019 a la agencia EFE.
Para la propia Yaite Ramos, “‘La Dame Blanche’ es una leyenda que se conoce en muchos países y muchas culturas, la de un fantasma que sale en las carreteras, que no trae una buena noticia, desgraciadamente, la pobre… Entonces me encarné en esa figura como todo lo contrario de lo que ella significa: yo soy negra, traigo una noticia bastante positiva, me gusta la gente y la humanidad”.
