Una telenovela en sí misma. Un verdadero culebrón. En eso se ha convertido el juicio del actor de telenovelas mexicano Pablo Lyle, acusado de provocar la muerte de un anciano cubano en la ciudad de Miami.
Han transcurrido ya 4 años del suceso y el juicio se sigue postergando. Pablo Lyle sigue en Miami, con un grillete electrónico en los pies, disfrutando de su encierro en un apartamento de una torre de condominios en Brickell. Frente al mar.
Cuando sea el juicio, y si finalmente es condenado, todo este tiempo que ha estado «encerrado» en el apartamento de su hermana, se le descontará de la condena. Si lo condenan a 4 años pues saldrá libre.
No pocos califican este hecho como vergonzoso. La dilación de un juicio a tales extremos.
De hecho, el caso se ha enfríado entre los medios del sur de la Florida que, al principio, lo estuvieron cubriendo «mañana, tarde y noche».
CBS le dedicó apenas unas líneas. Telemundo51, que había estado cubriendo la noticia mejor que nadie a través de su periodista Alexis Boentes, ya hace rato que no va a la corte.
En medio de tanta frialdad noticiosa y de interés por el destino del presunto asesino del cubano Juan Pablo Hernández, víctima de la ira del famoso actor de telenovelas mexicanas Pablo Lyle, el inicio del juicio a Pablo Lyle se ha retrasado una vez más.
A Pablo Lyle se le juzga por homicidio involuntario del cubano, pero una jueza de Miami, Diana Vizcaíno, aceptó la solicitud de Lyle de posponer el juicio del popular actor de telenovelas mexicano y fijó ¡una nueva audiencia!, esta para el 23 de junio; un hecho que se ha estado repitiendo al menos dos veces al año, cada año, desde que sucedieran los hechos.
La defensa de Pablo Lyle insiste en que el actor actuó para defender a su familia, pero las cámaras de una gasolinera que grabaron los hechos, muestran otra cosa. Pablo Lyle salió del auto en que viajaba cuando ya el cubano Juan Pablo Hernández, que había ido a discutir con el cuñado del actor con relación a una imprudencia provocada por este al volante del vehículo, se retiraba hacia su auto. El cubano se volteó e hizo un gesto por defenderse.
Pablo Lyle propinó un solo puñetazo que fue suficiente. El cubano cayó al pavimento, se golpeó su cabeza contra el cemento y quedó inconsciente. El auto hizo un giro en U, pasó por al lado del cuerpo inerte del cubano, y se fue hacia el aeropuerto. Pretendía Pablo Lyle abordar un vuelo a México, cuando afortunadamente fue detenido por las autoridades y arrestado.
Así ha estado el caso, desde el 31 de marzo del 2019. Dilación tras dilación.
Un caso de dilación similar se resolvió la semana pasada, finalmente, en Miami. Nos referimos al caso del atacante del Metromover. Un juicio que en octubre del 2021 se declaró nulo, pero que ahora, con un nuevo jurado finalmente se logró una sentencia.
¿Verá la justicia – que es ciega – una condena en el caso de Pablo Lyle finalmente? Esperemos que sí.
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