La actriz Irela Bravo no solo es una de las figuras emblemáticas del audiovisual cubano; sino que es además quien conserva uno de los secretos mejor guardados de los medios en el país. Nadie sabe cuál es la fórmula exacta, pero pocos cubanos no han llegado a preguntarse en algún momento cómo es posible que el tiempo parezca no dejar huella sobre la artista.
La edad de Irela Bravo ha sido fuente de chistes, memes y hasta análisis en no pocos programas televisivos y ella misma ha confesado que le cuesta incluso mostrar su cédula de identidad en asuntos oficiales. Como en la era de internet resulta mucho más complejo mantener los misterios, hace poco se confirmó que la actriz había cumplido 69 años y en la enciclopedia nacional Ecured se registra que nació el 24 de julio de 1953 en Santiago de Cuba.
Sin embargo, la fórmula que ha utilizado Irela para verse siempre joven y radiante continúa siendo un misterio y una broma a nivel nacional. Sus propios compañeros y amigos más cercanos hablan del tema como si de un récord Guinness se tratara y no por cercana dejan de asumirla actriz como a una especie de persona única e irrepetible.
Hace poco la actriz cubana Rachel Cruz publicaba una foto suya junto a Irela hacía 14 años y la comparaba con otra actual donde apenas y se notaba el paso del tiempo sobre la artista, mientras que a Rachel se le veía notablemente cambiada por la madurez. “Momento exacto en el que Irela Bravo pone su mano sobre mi rostro y roba mi juventud”, escribía Rachel, quien además le aseguraba: “14 años en humano son cuatro en ti”.
Un usuario de Facebook, a propósito de una felicitación que le hicieran en las redes, comentó que él tenía 47 años y su abuela materna de 96 estaba segura, “con todo respeto”, de que Irela debía ser contemporánea con ella porque la recuerda en los medios desde muy joven. En tanto, otra persona escribía, “Felicidades a ella que, según dicen, asistió a los funerales de Tutankamón y vio cómo se construyó la Muralla China”.
Irela Bravo empezó haciendo radio y doblando voces para los espacios dramatizados de este medio. Sin embargo, pronto le llegarían sus primeras incursiones en la televisión y su presencia fue habitual en las pantallas durante la llamada época de oro de la televisión cubana. Aventuras, telenovelas, espacios de participación y hasta la cinematografía nacional la han contado como una de sus figuras indispensables, al punto de que su nombre conforma una extensa hoja en la historia de los medios de difusión en la Isla.
Se le recuerda al lado de Jorge Villazón en aventuras como El Halcón, o en emblemáticas telenovelas como Pasión y Prejuicio, así como poniendo su voz a la famosísima María Silvia creada por Juan Padrón para su emblemática serie de dibujos animados, Las aventuras de Elpidio Valdés.
También, desde hace más de una década, Irela se ha entregado en cuerpo y alma a la conducción de Entre tú y yo, un espacio de corte variado donde la actriz y locutora ha encontrado un asidero para la más reciente etapa de su vida, cuando además ha incursionado en el humor con el programa Vivir del Cuento.
En este último espacio, considerado actualmente el rey de las audiencias en el país, la cubana interpreta el personaje de Cachita Caché y fue precisamente el protagonista Luis Silva, quien anunció a los cubanos que su colega y amiga no había fijado nuevo domicilio en Miami durante su último viaje hace apenas unos meses.
Aunque no faltaron los que la criticaron desde ambas orillas, tampoco dejaron de darle las mejores bienvenidas de uno y otro lado. En su visita a la tierra que más exiliados cubanos guarda dentro de los Estados Unidos, Irela se dejó ver en cariñosas escenas junto a viejos compatriotas y amigos del espectáculo como Dianelys Brito, Omar Franco, Frank Abel, Niro de la Rúa, Andy Vázquez y los miembros de la familia Veloz, entre otros.
En su reciente cumpleaños, mientras en redes sociales estallaban victoriosas las publicaciones que anunciaban la edad de la artista, Irela se mostró como siempre reservada en su vida privada, resguardada en los espacios íntimos donde probablemente se ejercite para vivir muchísimos años más sin que notemos que como cualquier ser humano, ella también puede envejecer.
