La nueva cerveza Parranda ha comenzado a distribuirse en Cuba mediante la instalación de una fábrica en la Zona de Desarrollo del Mariel, con inversión de la sucursal de la compañía holandesa Bavaria, y la empresa estatal Cuba Ron S. A.
Parranda se vende en el mercado de 3 y 70 y se comercializa a 1, 20 mlc la botella de 500 ml y a 2,95 la de 1,5L. Según los productores de la marca se comenzará a vender próximamente en todas las provincias del país.
La cerveza contiene 4,8 de alcohol y su entrada a la venta no ha estado exenta de polémica.
La periodista Saily Sosa, del medio oficial Invasor recordó que la inversión en la fábrica ascendió a 100 millones de euros y cuestionó tamaña cifra en medio de la crisis alimentaria que vive el país.
“100 millones de euros invertidos en una cervecería… Está clarísimo que a los inversores extranjeros no les interesa demasiado la producción de alimentos… ¿y a los nacionales?”, señaló la periodista en su perfil de Facebook.
Los comentarios a la publicación no se han hecho esperar y muchos usuarios se preguntan por qué el gobierno cubano no prioriza con los inversores extranjeros la producción o importación de alimentos, mientras la mayoría de los cubanos apenas tienen productos alimenticios para llevar a la mesa.
Por otra parte los alimentos se venden a precios impagables y el estado parece no tener una estrategia coherente para solventar tal situación.
Ante esta grave situación, el mandatario Miguel Díaz-Canel Canel solo llama a resistir “creativamente” en sus discursos habituales en los que no menciona soluciones a la crisis del país.
Sosa dijo lógicamente que la cerveza no puede ocupar los primeros puestos en el orden de prioridades de la industria cubana, que está atravesando uno de sus peores momentos después de 1959.
El gobierno ha tratado de mitigar la crisis con la apertura del sector privado y la autorizaciones de las Mipymes, cuyos precios de alimentos e insumos básicos también se alejan de las posibilidades del cubano común y corriente.
