Da igual lo que Imaray Ulloa haga o no haga. En la mayoría de sus historias de Instagram y post, aquellas en que la joven presume de su bello cuerpo, lo que más le interesa a sus miles de fans, la mayoría hombres, es su cuerpo.
Algunas, mujeres, envidian – sanamente o no – su figura. Algunas y algunos, alegan que «está hecha». A otros y a otras, los más tal vez, no les importa cómo llegó a tenerla, sino que está ahí, para que ella orgullosa lo exhiba.
De todo lo dicho y visto, está claro que a Imaray no le hacen daño las críticas mal intencionadas, y que su cuerpo es su templo que, con orgullo lo muestra a cada rato en sus stories y post.
Así lo ha hecho siempre, como lo hizo a principios de abril de este año, cuando volvió a encender Instagram con un posado de altos kilates.
La influencer cubana subió a su perfil de Instagram unas fotografías en las que se le vio luciendo orgullosa, sin pueril ni romántico alarde, un bikini rosa en una paradisíaca playa, mostrando su escultural silueta.
A continuación provocó a sus fans, al preguntarles si preferían un romance con o sin nalgadas; a lo que sus fans no tardaron en responder, con respuestas variopintas.
Lo hizo también en febrero de este 2024. Esta vez desde una piscina.
Y lo hizo ahora, arrebatando a sus casi cuatro millones de seguidores que posee en su cuenta de Instagram.
Mostrando otra vez su lado más sexy, Imaray Ulloa lucía esplendorosa con una pamela puesta mientras, bikini por delante, abría una botella de champán rosé y acompañaba el post al ritmo de la famosa canción «Qué chimba de vida» de la cantante urbana colombiana Karol G, dándonos a entender que ser creador(a) de contenido tiene sus beneficios porque… ¿a quién no le gustaría andar de playa en piscina, en bikini todo el día?
Horas antes o después, exhibía otro bikini rosado, diferente al exhibido a inicios de abril; otra vez con una piscina al fondo.
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