Una prometedora línea de investigación sobre detección temprana del cáncer ha sido interrumpida en Harvard Medical School luego de que la científica rusa Kseniia Petrova, pieza clave del proyecto, fuera detenida por agentes de inmigración en el aeropuerto de Boston. La investigadora, de 30 años, lleva más de dos meses recluida en el centro de detención de ICE en Monroe, Luisiana, mientras enfrenta una posible deportación a Rusia.
Según reporta NBC News, la científica rusa fue detenida en febrero por no declarar muestras biológicas en su equipaje, un error que, según su abogado, usualmente se resuelve con una multa de 50 a 500 dólares. Sin embargo, en su caso, se canceló su visa J-1 y fue privada de libertad sin comunicación inmediata con su abogado ni sus colegas de Harvard.
Petrova es la única persona capacitada para analizar los 100,000 archivos de imagen generados por un microscopio único en el laboratorio Kirschner. Ella misma escribió los scripts computacionales que permiten desbloquear el potencial de esos datos, fundamentales para avanzar en investigaciones sobre cáncer y longevidad. Su ausencia ha paralizado el proyecto.
“Sin ella, los descubrimientos que podríamos lograr simplemente no sucederán”, dijo su colega y compañero de vivienda, el doctor William Trim. El Dr. Leon Peshkin, su mentor y supervisor, calificó su detención como una tragedia para la ciencia: “Era la única que podía hacer todo: embriología, matemáticas aplicadas, modelado, bioinformática. No hay reemplazo”, dijo Peshkin sobre la científica rusa.
Además de sus credenciales científicas, Petrova ha expresado temor a ser perseguida si es enviada de vuelta a Rusia, por haber participado en protestas contra la guerra en Ucrania. “No hay forma de que te manifiestes contra Putin sin acabar en prisión”, declaró.
El caso de esta científica rusa pone en evidencia el impacto de las políticas migratorias de la administración Trump en el ámbito académico. Según una encuesta de Nature, el 75% de científicos internacionales están considerando abandonar EE.UU. debido al clima hostil. “Estoy horrorizado”, dijo Peshkin. “Ya está teniendo efecto. Muchos colegas han decidido irse”.
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