Un reciente incidente en el Aeropuerto Internacional de Miami ha generado una ola de controversia y discusiones en redes sociales y medios de comunicación. Eugenio Hernández, un ciudadano cubano residente en Las Vegas, Nevada, fue removido de un vuelo de American Airlines junto a su esposa, Yusleydis Loyola, después de negarse a abandonar el avión cuando la tripulación les pidió que lo hicieran debido a preocupaciones de salud. La pareja, que había viajado a Miami para someterse a procedimientos estéticos, ha hablado públicamente sobre su versión de los hechos y NBC6 recogió sus declaraciones.
Según Eugenio Hernández, todo comenzó cuando abordaron un vuelo de regreso a Las Vegas tras someterse a una cirugía de trasplante capilar y liposucción en Miami. Aunque Hernández aseguró que su médico le había dado autorización para volar, presentando incluso la documentación pertinente a la tripulación, la situación se complicó rápidamente.
«Me dijeron que debía abandonar el avión porque alguien no estaba cómodo con lo que tenía en la cabeza», relató Hernández en una entrevista después de ser liberado de la cárcel.
El cubano explicó que había llegado al aeropuerto con la frente envuelta en vendajes debido al trasplante capilar, lo que llamó la atención de otros pasajeros.
A medida que los comentarios de preocupación crecían, la tripulación del vuelo se sintió obligada a intervenir, solicitándole que abandonara el avión. Hernández, sin embargo, insistió en que no había ninguna razón válida para que lo sacaran del vuelo.
“Todo está en orden, no tengo nada ilegal en mi equipaje, pagué mi boleto y me autorizaron a volar”, se le escucha decir al cubano en un video que fue grabado en vivo por Yusleydis Loyola, que llegó a tener conectado en vivo, en un determinado momento, hasta cien mil personas,
Yusleydis Loyola, quien también se había sometido a una cirugía estética en Miami, comenzó a transmitir el incidente en vivo a través de su cuenta de TikTok, acumulando rápidamente miles de espectadores.
En los videos, se puede escuchar a Loyola pidiendo ayuda y argumentando que estaban siendo discriminados por su apariencia. «Nos están discriminando y abusando de nosotros», dijo mientras la situación escalaba.
La tripulación del vuelo, preocupada tanto por la posible contaminación de fluidos corporales como por la condición médica de Hernández, decidió contactar a la policía después de que la pareja se negara repetidamente a abandonar el avión.
Los informes indican que la policía de Miami-Dade trató de convencer a Hernández de limpiar la sangre y cambiar los vendajes, pero él insistió en que no tenía vendajes limpios y se negó a cooperar. Finalmente, tras varias advertencias, la pareja fue arrestada por invasión de propiedad privada y resistencia a la autoridad sin violencia.
El vuelo, que originalmente estaba programado para despegar hacia Las Vegas, tuvo que ser cancelado, y todos los pasajeros fueron desembarcados para permitir la desinfección del avión.
Este suceso ha desatado un debate sobre si la actuación de la aerolínea y las autoridades fue adecuada o si, como afirma la pareja, fueron víctimas de discriminación debido a su apariencia tras los procedimientos médicos.
El abogado de la pareja, Michael Iglesias, ha declarado que sus clientes fueron tratados injustamente y que tenían toda la documentación necesaria para volar. “Se les permitió abordar el avión sin problemas, pero luego, debido a que algunos pasajeros se sintieron incómodos, fueron expulsados injustamente”, comentó.
Y es ahí donde estaría la base, aparentemente suficiente, para entablar una demanda contra American Airlines: ¿Por qué les permitieron abordar el avión?
O… ¿por qué no les ofrecieron un cambio de asiento? ¿Puede la aerolínea, tiene la autoridad para hacerlo, rechazar un dictamen médico que autoriza a un pasajero a viajar?
«Le mostraron esa autorización a American», dijo el abogado con relación al papel emitido por el médico.
«Pasaron por el control de seguridad sin problemas, American luego les permitió subir al vuelo y, de hecho, les dio prioridad en el vuelo para ayudarlos y hacerlo más conveniente, y fue solo después de que otros pasajeros se quejaron de su apariencia que les pidieron que bajaran del vuelo”, precisó.
«Todo esto podría haberse evitado si hubieran seguido las órdenes o la solicitud de los agentes de abandonar el avión», dijo por su parte el portavoz de la policía del condado de Miami-Dade, Argemis Colomé.
¿Tenía la policía razones o en este caso, American Airlines para pedirlo?
Lo cierto es que, incluso sin razón aparente para bajarlos del vuelo, la pareja estaba dentro de una propiedad de American Airlines – el avión – bajo regulaciones federales del Departamento de Transporte de EE.UU.
Lo correcto – parecería – hubiese sido que bajasen voluntariamente del avión y luego arreglar su situación. Incluso, presentar una demanda. Ahora, con dos cargos federales en contra, Eugenio y Yusleyidis tienen que pedalear cuesta arriba.
American Airlines, por su parte, emitió un comunicado defendiendo la actuación de su tripulación, alegando que la pareja se había comportado de manera disruptiva y no cumplió con las instrucciones del personal a bordo.
«Agradecemos a nuestra tripulación por su profesionalismo y pedimos disculpas a nuestros clientes por las molestias», concluyó la aerolínea.
El incidente, que comenzó con una preocupación por la seguridad y la salud, ha puesto en el centro del debate temas de discriminación, derechos de los pasajeros y la gestión de emergencias médicas en vuelos comerciales.
De este suceso se seguirá hablando, sobre todo porque Miami se ha convertido en un centro de operaciones de cirugía estética reconocido a nivel nacional y seguramente muchos se pudieran ver envueltos en un futuro en una situación similar.