Una anciana cubana, identificada como Martha Cossio, fue agredida de manera brutal este jueves durante un apagón cerca de la Plaza Bedoya de la ciudad de Camagüey, con el objetivo de robar su teléfono móvil.
“Esta anciana solitaria fue pateada, en el horario de la tarde-noche, con el propósito de arrebatarle sus pertenencias (teléfono celular y dinero)”, denunció la usuaria Denisse Nicado en su perfil de Facebook junto a imágenes de la señora con el rostro lleno de grandes hematomas por los golpes.
Según familiares de la señora, de 83 años, citadas por el periodista camagüeyano José Luis Tan Estrada, Martha Cossio, de 83 años de edad, se encuentra estable en su casa, recibiendo tratamiento médico y con muchos dolores.
También trascendió que fue una persona joven quien atacó salvajemente a la anciana, que presenta una hemorragia en el ojo derecho, y “le arrebató todo el dinero que traía”.
En otro post Estrada puntualizó que Cossio está recibiendo tratamiento con antibióticos debido al grave daño en su ojo derecho y a la inflamación en su rostro.
“Desgraciadamente las personas mayores y los niños son los más vulnerables a ataques de esta magnitud”, aunque “nadie está exento de la violencia en la que hoy se vive. Camagüey no es segura. Cuba no es segura”, señaló por su parte Nicado.
“Lastimosamente existen los que aprovechan las calles en penumbra para cometer cualquier tipo de actos violentos”, añadió la joven al asegurar que este es “uno de los miles de resultados desastrosos que trae consigo la ineficiencia energética y la falta de recursos” en “este país decadente”.
“Qué abusador. Que caiga todo el peso de la ley. Ojalá lo encuentren”; “Por Dios, hasta cuándo la violencia en este país. No tienen sentimientos. Al parecer esos mal nacidos no tienen madre o abuela”; y “Qué clase de tristeza. Por Dios, cómo estamos viviendo”, comentaron asombrados varios internautas.
En los últimos años, los casos de robos, agresiones y delitos violentos se han vuelto frecuentes en Cuba, lo que ha generado un clima de temor entre la población, que no solo tiene que vivir gran parte del día sin corriente eléctrica o sin comida, sino también ver el inmovilismo de las autoridades ante semejante desastre.