La madre de la doctora cubana secuestrada en Haití el pasado 13 de enero, declaró a 14 y Medio que está siendo atendida por el gobierno cubano, así como por la embajada y la cónsul haitiana.
“Hasta ahora las autoridades cubanas me informan que están haciendo gestiones pero yo soy la madre y la persona más desesperada”, aseguró a ese medio María Alabedra, quien hasta este momento, no ha podido establecer comunicación alguna con su hija Daymara Helen Pérez Alabedra.
Alabedra reside en la provincia de Las Tunas con su nieto adolescente, de 12 años de edad, hijo de la médica cubana, y contó vía telefónica al medio de prensa cubano que fue la policía del lugar la que le informó sobre la situación que atravesaba su hija en la nación haitiana. Unos 15 minutos más tarde, agrega, una llamada del Ministerio de Relaciones Exteriores le ofreció mayores detalles del hecho.
La señora no refirió incomodidades con el trato que hasta este momento las autoridades cubanas ofrecen al caso de su hija, sin embargo puntualizó que “estos casos hay que tratarlos con mucha delicadeza mientras las bandas la tengan en su poder, y hay que ir paso a paso en las negociaciones”.
El rescate de la joven doctora es de 100 mil dólares y según refiere la madre, al frente de las negociaciones se encuentra Fred Jasmin, quien es director del hospital Notre Dame, en la ciudad de Petit-Goave. La doctora secuestrada contaba con un contrato de trabajo en esa institución y estuvo tres años con la misión médica cubana en Haití.
La madre recordó la última vez que Daymara estuvo en Cuba por un período de nueve meses, desde el 29 de enero de 2020 hasta el 19 de octubre de ese año. Desde entonces hasta hoy, la joven permanece en Haití.
“Los secuestradores no van a dar la cara, ni ahora, ni cuando la entreguen”, confesó María Alabedra quien además puntualizó que hay muchas movilizaciones en Haití exigiendo la liberación de la joven doctora y que en Chaparra, su pueblo natal, todo el mundo está muy pendiente.
La situación con los secuestros en Haití se ha incrementado en el último año y según Ariel Henry, primer ministro de la nación, se trata de un problema grave, agudizado por las bandas armadas que operan sobre todo en barrios populares del país.