El recientemente electo Fiscal General del estado de Virginia, Jason Miyares, declaró a la cadena WAVY-TV que sobre sus conceptos de justicia pesa mucho el hecho de que su madre cubana Miriam, huyera en 1965 “de un país sin respeto por el estado de derecho, sin respeto por los derechos individuales y por la dignidad individual”, lo cual le permitirá honrar a los “grandes virginianos” que lo precedieron en el encargo de hacer respetar la ley.
“No he hecho juramento de lealtad a ningún partido político”, declaró al medio digital 10 on Your Side de la misma cadena, “ni siquiera presto juramento de lealtad al gobernador electo Youngkin, aunque es un amigo cercano. Mi lealtad jurada es con el cumplimiento de la ley y el respeto al código de Virginia y al pueblo de Virginia”, puntualizó.
Luego de derrotar a su predecesor demócrata Mark Herrington, Miyares señaló como una de sus principales posturas éticas y judiciales al asumir la oficina el no poner “al criminal primero y a la víctima en último lugar”, pues, contrario a Herrington que se “jactaba de haber convertido a la Oficina del Fiscal General en una potencia progresista”, tendrá “unos enfoques diferentes” concentrados en “hacer cumplir la ley” en vez de “hacer las cosas a partir de una agenda política”.
Miyares anunció asumir nuevamente un “enfoque de seguridad pública. Creo que va a ser de vital importancia. Creo que tenemos una crisis de seguridad pública en este momento en Virginia con la más alta tasa de homicidios en décadas”.
Igualmente criticó la decisión de la fiscalía de la ciudad independiente de Norfolk, perteneciente a la Mancomunidad de Virginia, de no juzgar los casos de posesión de marihuana antes que esta fuera legalizada, y su agenda para este año incluye una ley que le permita como Fiscal General interceder en casos locales para hacer cumplir su política.
“Esto permitirá al Fiscal General llegar y decir: no estás haciendo tu trabajo, por lo que tendré la capacidad de procesar ciertos delitos en tu lugar, declaró Miyares, que planea investigar la Junta de Libertad Condicional de Virginia por la liberación temprana de criminales violentos aduciendo problemas de la Covid-19.
En la referida entrevista puso de ejemplo la violación, robo y asesinato en 1979 de Bessie Roundtree, residente de Suffolk.
“El asesino de Bessie Roundtree fue condenado no a uno, ni dos, sino tres cadenas perpetuas si posibilidad de libertad condicional”, declaró, mientras que “la familia de Bessie Rountree conoció en las noticias que su asesino fue liberado.
Incluso el Fiscal retirado de la Mancomunidad de Suffolk Phil Ferguson, a cargo entonces del cargo, conoció de la decisión solo la noche antes de que el asesino fuera puesto en libertad. Mientras que ambos, familia y fiscal, debían de haber sido avisados con mucha mayor anterioridad de este cambio de condena.
