El poblado de Falcón, en el municipio Placetas, volvió a estremecerse esta semana tras un nuevo hecho violento. Según testigos, un hombre identificado como Didier Valdivia fue asesinado a puñaladas durante una disputa por un pedazo de tierra con otro vecino conocido como Greidy Faunde. La víctima, de carácter tranquilo y dedicada al trabajo agrícola, pertenecía a una familia muy conocida en la zona: los Caramelos, residentes en el asentamiento de La Veguelana, un pequeño caserío a las afueras del poblado.
Los primeros testimonios obtenidos en el lugar describen una pelea que escaló con rapidez. Faunde, agricultor con tierras cercanas, habría atacado a Valdivia en medio de una discusión por límites de cultivo y el derecho a construir en una franja de terreno. De acuerdo con una vecina, “era por un pedazo de tierra, parece que venían con problemas ya, y este hombre lo mató; creo que le metió como siete puñaladas y lo degolló”.
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Ahora trascendió, según audios que le fueron enviados a este redactor por vecinos del lugar que, tras el crimen, los hermanos del fallecido —también conocidos como «los Caramelos»— salieron a buscar al presunto agresor, decidido a vengar lo ocurrido. “Andan con cuchillos, buscándolo”, se escucha decir a una testigo en la grabación que circula por mensajería.
Otra fuente dio a conocer que «Los Caramelos» no son fáciles, y asegura que uno de ellos, porque son tres, que vive en Placetas, el mayor de todos, ha estado preso con anterioridad, lo que aumenta la preocupación por un eventual ajuste de cuentas entre familias.
Según esta fuente, el otro hermano es «travesti» – en realidad es gay -, conocido en Placetas como «Caramelo»; y este, el asesinado, que la fuente cree «era de los tres el menor y el más tranquilo», pero…
«Fíjate, si es «tranquilo», que estaba casado con Anita, la hija de la Delegada del Consejo Popular, y le daba tremendas tundas«, señala otra fuente.
La víctima deja dos hijos pequeños. En Falcón, su muerte se comenta entre apagones, silencios y mensajes de voz enviados desde teléfonos compartidos. En cuanto al agresor, quienes lo conocieron lo describen como un hombre trabajador, dedicado a sembrar, vender lo que producía y ganarse la vida.
“Trabajaba y trabajaba. Nunca se metía con nadie”, asegura otra vecina en un audio enviado, quien además identifica al agresor como “el hombre propietario de la finca”, con reputación de temperamental y fuerte.
«No sé que le pasó, se obstinó parece», dijo, con la certeza implícita tras sus palabras que la situación en Cuba es capaz de crisparle los nervios a cualquiera.
Otra fuente asegura que Didier, había abusado de él en el pasado, y «por eso sucedió lo que sucedió».
A pesar de que el lugar no es muy conocido ni aparece en el mapa de los titulares nacionales, esta es la segunda ocasión en que Falcón es noticia este año.
En abril, el mismo poblado fue escenario de otro crimen que conmocionó a los vecinos: Javier Pérez Loro, conocido como El Charro de Vallita, murió a manos de su hijastro después de intentar asesinar a su pareja. Aquella vez, la violencia de género fue el detonante. Según las fuentes citadas entonces por Cuballama, Pérez Loro estaba ebrio y llevaba días agrediendo a su compañera. El adolescente, de unos 15 años, intervino y lo atacó con el mismo cuchillo con el que este había herido a su madre.
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La reiteración de hechos violentos en Placetas ha encendido alarmas en toda la provincia.
Para ampliar el contexto, Placetas reportó hace pocas semanas un feminicidio que conmocionó a la localidad: Rosa Delia (Rosy) Morales, de entre 61 y 62 años, fue asesinada por su pareja el 22 de agosto en su vivienda. De acuerdo con el Observatorio de Género de Alas Tensas y la plataforma Yo Sí Te Creo en Cuba, el agresor, conocido como El Caña, se quitó la vida después del crimen. El caso fue reseñado por Cuballama Noticias el 26 de agosto, y elevó el conteo verificado de feminicidios en Cuba en 2025, según estas organizaciones. También en este caso llama la atención que el agresor era una persona notoriamente tranquila, que nunca se había metido en problemas.
Así tenemos que, entre abril y octubre, Placetas suma tres hechos de sangre que, aunque distintos en naturaleza, revelan un mismo patrón: conflictos domésticos o rurales que derivan en muertes violentas, sin mediación institucional ni respuestas preventivas visibles. En zonas como Falcón, donde la presencia policial es esporádica y los conflictos suelen resolverse entre vecinos, los límites entre justicia y venganza tienden a difuminarse.
La última vez que tenemos referencias de que Placetas había sido noticia por hechos de sangre tan violentos se remontan al 2021, cuando un doble feminicidio sacudió a la comunidad Paja de Arroz, donde murieron madre e hija a manos de la expareja de la segunda.
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pd: las autoridades no han emitido hasta ahora una versión oficial sobre el homicidio de este martes, y los elementos aquí consignados provienen de testimonios directos en la comunidad y reportes previos de prensa independiente. En paralelo, la referencia al feminicidio de agosto y al caso de abril en Falcón apuntan a un escenario de alto riesgo para mujeres y familias en entornos rurales de Villa Clara, donde disputas por tierras, consumo de alcohol y ausencia de mediación institucional suelen aparecer como detonantes o aceleradores de la violencia.
