La exjueza cubana Melody González, originaria de Villa Clara y actualmente detenida en el Broward Transitional Center en Pompano Beach, Florida, ha sido noticia recientemente por sus declaraciones contundentes sobre el sistema judicial cubano y su llamado a la absolución de cuatro jóvenes que ella misma condenó en el pasado.
En una entrevista exclusiva con Diario de Cuba, González expuso la manipulación y la presión ejercida por el régimen cubano sobre los jueces para controlar las sentencias judiciales.
González, quien solicitó asilo político a su llegada a los Estados Unidos vía Parole el pasado mes de junio, reveló que el proceso en el que sentenció a Andy Gabriel González Fuentes, Adain Barreiro Pérez, Eddy Daniel Rodríguez Milián y Luis Ernesto Medina Pedraza por supuesto atentado fue intervenido por autoridades del Tribunal Provincial y la Seguridad del Estado.
«Si el OCDH solicitó la revocación de las condenas, solo puedo expresar una cosa, y es mi deseo de que sean libres», afirmó la exjueza cubana en su declaración a Diario de Cuba.
La ex magistrada describió cómo el régimen cubano despoja a los jueces de toda autoridad e independencia, sometiéndolos a humillaciones y presiones continuas.
«No lo digo por salir del paso o quedar bien, creo firmemente que deben ser libres y tengo muchas razones para sustentarlo», lamentó González, destacando la falta de un proceso justo y la influencia política en las decisiones judiciales.
Además, González detalló el funcionamiento interno del sistema judicial, donde los tribunales están subordinados a las directrices del Partido Comunista de Cuba y el Ministerio del Interior.
«Al comenzar cada mes, se realizan en cada municipio reuniones conjuntas entre el Tribunal, la Fiscalía y el MININT. Es un espacio totalmente viciado, donde imponen al tribunal de cada caso las decisiones que debe tomar», explicó.
La exjueza cubana también narró cómo se exige a los jueces cumplir con las sanciones solicitadas por la fiscalía, incluso en casos donde las pruebas son insuficientes.
«Muchas veces, los procesos se tramitan sin calidad y sin pruebas suficientes, y nos exigen que igualmente debemos sancionar», relató.
La situación se complica aún más con la participación del Partido en la evaluación del desempeño de los jueces, donde se les puede cuestionar incluso por no asistir a reuniones políticas. González describió la influencia política como abrumadora, lo que la llevó a pedir la baja y solicitar asilo en Estados Unidos, temiendo por su seguridad y la de su familia si regresa a Cuba.
Esta dramática confesión de una exjueza subraya las profundas fallas del sistema judicial cubano y la lucha de aquellos dentro del sistema que buscan hacer lo correcto en un entorno de opresión y control político.
Con su testimonio, González busca no solo la absolución para los jóvenes injustamente condenados, sino también exponer las verdaderas condiciones del sistema judicial en Cuba, esperando que su historia inspire a otros a buscar justicia y reforma.
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