Ninguno de los dos médicos relacionados con la muerte de Matthew Perry, es de origen cubano.
La reciente muerte del actor Matthew Perry ha desencadenado una investigación que ha llevado a la acusación de cinco personas, incluidos dos médicos de origen hispano, quienes presuntamente jugaron un papel crucial en los eventos que llevaron a su trágico fallecimiento.
Los doctores Salvador Plasencia y Mark Chavez están en el centro de esta investigación debido a su implicación en la distribución de ketamina, un potente anestésico que se ha utilizado en tratamientos para la depresión, pero que también conlleva riesgos significativos si no se administra de manera adecuada.
Salvador Plasencia, un médico con sede en Santa Mónica, ha sido acusado de varios cargos graves, incluidos la distribución ilegal de ketamina y la falsificación de documentos relacionados con la investigación federal sobre la muerte de Perry.
Plasencia, quien según los fiscales veía a Perry más como una oportunidad para lucrarse que como un paciente, supuestamente suministró ketamina a Perry en repetidas ocasiones, incluso enseñando al asistente personal del actor, Kenneth Iwamasa, cómo inyectarla.
Este comportamiento irresponsable y motivado por el lucro es el núcleo de las acusaciones contra Plasencia, quien podría enfrentar hasta 120 años de prisión si es declarado culpable de todos los cargos, como señaló el Departamento de Justicia.
Por otro lado, Mark Chavez, un médico de San Diego especializado en medicina de emergencia, ha admitido haber suministrado ketamina a Plasencia, sabiendo que sería utilizada de manera inapropiada.
Chavez obtuvo la ketamina utilizando recetas fraudulentas y distribuyéndola sin el debido control médico, violando así los estándares éticos de su profesión. Al igual que Plasencia, Chavez actuó con conocimiento de los riesgos que estas acciones representaban para Perry, pero decidió proceder de todos modos, motivado por el beneficio económico. Se espera que Chavez se declare culpable en una audiencia programada para finales de agosto de 2024, indicó el portal Cbs8.
Ambos médicos, junto con otros implicados, son acusados de haber contribuido directamente a la muerte de Perry, quien fue encontrado sin vida en su casa el 28 de octubre de 2023.
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La autopsia reveló que la cantidad de ketamina en su sistema era suficiente para ser utilizada como anestesia general, lo que subraya la gravedad de la negligencia médica en este caso.
