En La Habana, muchos cubanos viven en edificios en ruinas con ratas, chinches, cucarachas, humedad, energía continua, cortes de agua y un poder adquisitivo muy limitado.
Un ensayo fotográfico publicado en The Guardian documenta la pésima situación de la vivienda en La Habana Vieja, que refleja el colapso generalizado en Cuba.
Según describe el artículo, muchos edificios se han derrumbado o han sido declarados inhabitables, lo que obliga a los residentes a vivir en refugios o a ocupar casas en condiciones inseguras mientras se construyen nuevos hoteles a su alrededor.
A pesar del enfoque del gobierno en la recuperación del sector turístico, las condiciones de vida de las personas están impulsando el mayor éxodo migratorio en la historia del país. La inflación, el bloqueo económico y la mala gestión hacen que muchos no puedan satisfacer sus necesidades básicas, describe el texto de The Guardian.
El ensayo destaca la realidad de la vida en edificios en ruinas con ratas, chinches, cucarachas, humedad, energía continua, cortes de agua y un poder adquisitivo muy limitado.
Tal y cómo sugieren los autores del texto, la situación actual contrasta muchísimo con el modelo de libre usufructo de la revolución cubana, donde grandes hoteles y mansiones fueron expropiados y utilizadas para crear apartamentos para las clases media y baja.
Ninguna de estas personas es propietaria de sus casas, y no tienen derecho a ninguna compensación cuando se derrumban. Esta situación ha provocado un importante éxodo migratorio, y el ensayo señala que «el futuro se presenta sombrío».
En el artículo, titulado «El colapso cubano: un ensayo fotográfico», los autores sugieren que el gobierno cubano permite que los edificios, en La Habana, fundamentalmente, se derrumben para comprarlos a bajo precio y convertirlos en infraestructura turística, mientras que muchos cubanos no pueden satisfacer sus necesidades básicas debido a la inflación, el bloqueo económico y la mala gestión.
El artículo recoge varias historias de mujeres y niños, que ahora viven en refugios o en condiciones inseguras en La Habana, enfrentándose a problemas como el hacinamiento, las malas condiciones de vida, los problemas de salud mental y la desnutrición. Muchas familias se niegan a ser reubicadas en refugios por temor a perder sus derechos de propiedad ante el gobierno o un inversionista extranjero.
El texto aborda una verdad de Perogrullo: el gobierno cubano se enfoca en la recuperación del sector turístico, convirtiendo edificios patrimoniales en hoteles para atraer divisas, mientras descuida la situación habitacional de sus ciudadanos.
El texto se enfoca en La Habana, capital del país y provincia más densamente poblada de Cuba, donde muchas propiedades se encuentran en mal estado y necesitan reparación o renovación, y donde el fenómeno descrito se aprecia con mayor magnitud.
En general, el artículo pinta un panorama sombrío de la situación de la vivienda en Cuba, que está impulsando a muchas personas a abandonar el país en busca de una vida mejor.
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