El único estadio de pelota en Cuba al que se entra desde una playa, el “Manuel Fuentes Borges”, se encuentra en ruinas, según lamentó este miércoles el reportero deportivo Yasel Porto en Facebook.
Ubicada en la ciudad de Baracoa, en Guantánamo, la instalación es además la única de su tipo tan cerca del mar, apenas a 25 o 30 metros, en la que se han jugado partidos de Serie Nacional.
De acuerdo con algunos internautas nacidos en Baracoa, donde se fundó la primera villa de Cuba, el “Manuel Fuentes Borges” acogió incluso partidos de Series Selectivas, por lo que por allí pasaron grandes figuras de la pelota nacional.
Hay quienes no olvidan cuando en el estadio, durante años considerado el segundo de mayor importancia en la provincia después del “Nguyen Van Troi”, del municipio cabecera, vieron jugar a Orestes Kindelán, Víctor Mesa, Alejo O’Reilly o Luis Ulacia.
Otros recuerdan cuando Jesús “El Chucho” Ruiz le dio un jonrón a Maels Rodríguez, un lanzador que, según dicen, nunca le ganó allí a Guantánamo; o que el último partido del campeonato nacional que acogió fue en 2004, cuando los locales perdieron ante Sancti Spíritus, o en 2005, frente a un Santiago de Cuba dirigido por Antonio Pacheco.
“Qué dolor ver a esa instalación deportiva destruirse”, opinó un cubano sobre “lo que va quedando” de “uno de los mejores (estadios) en cuanto a infraestructura del país”.
De acuerdo con otro fanático del béisbol, durante años el gobierno extrajo arena “en todo ese litoral”, lo que “conlleva al deterioro de la plataforma insular y le abre el paso al mar”.
Por ende, el mar y el paso de varios ciclones “hicieron el resto” para dejarlo “abandonado por no sé qué tiempo y sin esperanza ni siquiera de ser demolido”, pese a que “tiene muchas áreas con peligro de derrumbe”, lo que podría provocar “un accidente faltal”.
Sobre la misma cuerda, otros se preguntan de quién fue la idea de hacerlo a pocos metros del mar, ya que, si bien en el pasado fue una “bella instalación” y un “orgullo de los baracoenses”, el salitre y los fenómenos naturales y económicos “han acabado con él”.
“Como todo en el país: destruido completamente y sin esperanzas de una reparación. Es una verdadera pena y una vergüenza ver cómo han dejado descuidada esta y otras muchas instalaciones deportivas a lo largo de nuestro país”, resumió otra usuaria.
