El mercado inmobiliario de lujo en Miami acaba de coronar a un nuevo rey del derroche: el empresario ruso Vladislav Doronin, quien no solo rompió el récord de ventas en el condado de Miami-Dade, sino que también le dio un buen golpe en el ego al poderoso Ken Griffin y dejó a Jeff Bezos mirando desde las gradas. Doronin logró vender su mega mansión en Star Island por la friolera de 120 millones de dólares, dejando en el pasado la anterior marca de 107 millones que Griffin había logrado con la compra de la propiedad de Adrienne Arsht en Coconut Grove en 2022, según señala The Real Deal.
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Y aquí es donde viene el chisme bueno: resulta que Doronin había comprado esta joya de 20,000 pies cuadrados por apenas 16 millones en 2009. Un negocio redondo que ni el mismísimo Jeff Bezos podría haber previsto. La propiedad, ubicada en el número 26 de Star Island Drive, cuenta con ocho dormitorios, nueve baños, una piscina, un muelle privado y hasta una cancha de tenis.
Aquí te dejamos con un «paseo» por la propiedad.
Todo muy bonito, pero el nuevo dueño, vinculado al magnate tecnológico Michael Ferro Jr., parece no estar impresionado y planea mandar la casona directo a la piqueta para construir algo más a su gusto. Porque claro, cuando tienes dinero a manos llenas, lo primero que haces es demoler una propiedad que costó 120 millones. Es que… ¡es del 2009! Muy «vieja» para los estándares de modernidad.
Star Island, esa joya artificial frente a Miami Beach, es famosa por ser el patio trasero de celebridades y magnates. Figuras como Gloria Estefan, Jennifer Lopez y Shaquille O’Neal han tenido su rincón de lujo allí, consolidando la isla como un verdadero refugio para millonarios.
La venta de la propiedad de Doronin no solo confirma que Miami se está convirtiendo en el parque de diversiones de los ultra ricos, sino que también pone en jaque al famoso «Billionaire Bunker» de Indian Creek, donde Jeff Bezos, Tom Brady y otros magnates se han estado concentrando. Parece que Miami está viendo un nuevo «ring» de rivalidades inmobiliarias, donde el que no pone al menos 100 millones sobre la mesa no se lleva ni el café de bienvenida.
Mientras Doronin se regocija en sus millones y Ken Griffin lame sus heridas financieras, quizás Bezos esté afilando su chequera para no quedarse fuera del juego. En Miami, la guerra de los millonarios está que arde y las cifras no dejan de subir, concluye Miami New Times.
