El artista cubano Emilio Frías, director de la orquesta de música bailable “El niño y la verdad”, compartió una sentida reflexión sobre la congregación religiosa a la que decidió pertenecer desde muy pequeño: los Abakuás.
Al pie de imágenes tomadas durante su última visita a La Habana, el músico radicado en México defendió los valores que le ha inculcado su congregación y aseguró que, aunque a veces son mal vistos, los abakuás “no son delincuentes ni asesinos despiadados”.
“Desde muy joven, mis domingos eran de ‘juntas’, reuniones de la congregación Abakuá. Nacido en esta cultura mal vista por muchos y amada y respetada por otros, recorrí casi todos los plantes de Cuba, Los Pocitos, Pogolotti, La Lisa, Párraga, San Miguel, Regla, Guanabacoa y Matanzas”, dijo Emilio Frías en una publicación de Facebook.
El artista explicó que, aunque ya no reside en la Isla, sigue formando parte de “esta linda religión”. “Eso seré hasta el final de mis días”, aseguró y aclaró que ser Abakuá tampoco “es un título que se puede colgar en una pared […] no es ser un presidiario ni un hombre sin cultura”.
“Abakuá, hombres libres y de buenas costumbres, un ejemplo de hombría ante la sociedad”, finalizó. Aunque no mencionó nombres ni a qué se debe este tipo de publicación, su aclaración puede estar relacionada con la última polémica del reguetonero cubano Chocolate MC, que ha puesto a la sociedad Abakuá en el punto de mira.
En su último tema musical “Abakuá namá”, Chocolate hace apología de la violencia e indirectamente vincula a la religión con actos delincuenciales. El reguetonero incluso ha llegado a compartir en sus redes videos de violentas peleas y personas bailando su canción mientras muestran armas blancas o de fuego.