Un joven cubano en una localidad cercana a Los Pinos, en el municipio Arroyo Naranjo, prefiere no levantar la mirada para evitar problemas mientras espera su turno en un consultorio médico. De hacerlo podrá ver la imagen de decenas de personas entrando y saliendo de un derruido apartamento. Los jóvenes, de edades que pueden rondar hasta los 16 años llevan en las manos algo que podría ser similar a un cigarro de mariguana. Pero no se trata precisamente de cannabis, sino del “químico”, una droga que está haciendo estragos entre los jóvenes cubanos, sobre todo de los residentes en los municipios de la periferia de La Habana.
“En este barrio se consume bastante y casi todos los que lo compran saben donde viven los que lo venden. Por eso cada, vez que vengo a este consultorio ni levanto la cabeza porque desde el asiento se puede ver directamente el trasiego. Es muy lamentable lo que hace el “químico”, porque está convirtiendo en zombies a los chamas del barrio”, dijo este joven que prefirió no identificarse.
Un psicólogo tiene varias pacientes jóvenes esperando su turno en un hospital de La Habana que nos pidió no identificar. Los muchachos están acompañados de sus padres. Apenas tienen 20 años. Quizá algunos llegan a 23 o 24 pero no pasan de esa edad. El especialista nos dice que han llegado impulsados sobre todo por sus familias al reconocerse como adictos a esta droga sintética. Su efecto, dice, es devastador y guarda algunas similitudes con el fentanilo que ha puesto al borde del colapso a varias poblaciones en Estados Unidos.
“La droga conocida como el químico provoca efectos terribles en el cerebro. Tiene su favor que se puede comprar a precios bajos por lo que lo hace asequible a jóvenes de distintos estratos sociales. Cuando el adicto la compra y termina su efecto en el cerebro va rápidamente por más. Es un ciclo devastador”, considera el especialista que en solo 4 horas ha atendido a cerca de 10 muchachos, sobre todo hombres, con adicción a esa droga.
Especialistas señalan que la base del químico es el cannabis ligado a otras sustancias que no se han especificado. Se fuma en cigarros y es hoy muy popular en La Habana, aunque se ha extendido hacia otras provincias. Ha sido tanta su propagación que las autoridades han organizado programas de televisión para alertar sobre los efectos de esta droga y llamar a la concientización de los cubanos y sus familias para que eviten caer en ese laberinto.
Se dicen que se fabrica con pastillas para la epilesia, formol y anestesia para animales. Todos esas sustancias se unen con el cannabis y se ponen en una bandeja a secar y de ahí sale la nueva droga.
“Es como un golpe de energía que me llena de calambres todo el cuerpo. Hay un momento que solo siento como late el corazón y se me tapan los oídos. A muchos les provoca caminar rápido, pero a mí me da por ir lento”, dijo un joven de 23 años al medio Cubanet.
Cuballama comprobó entre algunos consumidores que esta droga puede valer cerca de 1300 cup pero puede encontrarse a costos más baratos o a mayor precio de acuerdo al distribuidor y la zona donde se venda.
“Hay consumo y afectaciones por la presencia de cannabinoides sintéticos en La Habana y zonas centrales de la isla”, reconoció el coronel Juan Carlos Poey, Jefe de la división antidrogas del Departamento Técnico de Investigaciones.
Las autoridades policiales han realizado varias redadas nocturnas en La Habana para detener a los vendedores de esta droga, una escena que ha llamado la atención, por inusual, de los vecinos.
En Cuba las personas detenidas por tráfico de drogas pueden ser condenadas a15 años de prisión o a mayores sentencias de acuerdo a la gravedad del hecho. Ya se conoce que no pocos han sido llevados tras las rejas por vender esta droga que ha puesto en jaque a numerosas familias cubanas.
