En el mundo del boxeo profesional, donde la juventud y la actividad constante suelen marcar la diferencia, el regreso de Yuniel Dorticós al ring a sus 39 años era visto por muchos como un acto casi temerario. Sin embargo, el ex campeón mundial cubano, nacido en Cienfuegos y conocido como “El Doctor del KO”, demostró que aún tenía corazón, pegada y orgullo para plantarse en el cuadrilátero y ofrecer una verdadera guerra.
La pelea se celebró en California frente al mexicano Gilberto “El Zurdo” Ramírez, actual campeón de peso crucero.
A pesar de las apuestas en contra, de haber estado casi cinco años prácticamente inactivo, y de enfrentar a un rival más joven y más activo, Dorticós prometió dar batalla. Y lo cumplió, según señala la página Boxeo de Altura, en Facebook.
En los primeros seis asaltos, Dorticós sorprendió a muchos. Se mostró dominante, aplicando buena técnica, conectando con potencia a los planos bajos y controlando el centro del ring. Varios analistas y fanáticos coinciden en que ganó al menos cuatro de esos asaltos. Pero el paso del tiempo es implacable, y en la segunda mitad de la pelea se notó el desgaste. “El Zurdo” comenzó a tomar el control del combate con mayor volumen de golpes, aunque sin la contundencia del cubano. Supo moverse hacia el lado más incómodo de Dorticós, conectó con combinaciones rápidas y aprovechó los momentos de fatiga de su oponente.
“Les aseguro que puse todo de mi parte para conseguir la victoria No pondré excusas y felicito al Zurdo por imponerse en la segunda mitad como lo hizo’’, escribió Dorticós en sus redes sociales, donde no pocos le aseguraron que le robaron la pelea.
Un punto de la pelea que generó polémica fue la deducción de un punto a Dorticós por golpes bajos. Muchos aseguran que, al revisar la repetición, varios de esos impactos fueron a la faja y que el árbitro actuó con excesiva severidad. A eso se suma la percepción generalizada entre algunos espectadores de que los jueces favorecieron al púgil local, algo que siempre pasa, cuando un boxeador cubano se enfrenta a un boxeador cubano en Las Vegas, Nevada, o en California.
Las tarjetas reflejaron una victoria por decisión unánime para Ramírez, con dos jueces marcando 115-113 a su favor, en una pelea que ha sido catalogada por expertos y fanáticos como una de las más competitivas y emocionantes de la noche. Más allá del resultado, el nombre de Dorticós volvió a sonar con respeto. Muchos vieron en su actuación no una derrota, sino una muestra de dignidad deportiva.
Las redes sociales se llenaron de mensajes divididos. Mientras unos exigían su retiro inmediato, pues ya tiene 39 años y ha desaparecido la pegada demoledora que tenía antes que le valió el apodo ganado, otros celebraban el carácter y el coraje del veterano cubano, de quien no pocos alegan puede incluirse en un top 5 de boxeadores de Cienfuegos de todos los tiempos, donde estarían Julito González, Lorenzo Aragón, Robeisy Ramirez, él, y tal vez Yuniesky González o Félix Lemus.
Lo cierto es que Yuniel Dorticós, aún con la derrota, se despidió del ring —al menos por ahora— de la forma en que los guerreros quieren hacerlo: peleando de frente, dando espectáculo y demostrando que no todo se mide en títulos. También se mide en orgullo, como reconocieron todos los comentaristas presentes.
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