La cadena de cafeterías estatales DiTú en Cuba reabrieron tras meses de inactividad, y el nuevo producto estrella que exhiben es el durofrío, ante el asombro de los consumidores que otrora encontraban croquetas, pollo frito, dulces y refrescos en esos establecimientos.
“Ahora sí lo vi todo, ricos durofríos en un DiTú”, escribió un internauta cubano en Facebook junto a fotos del menú de uno de esos establecimientos, ubicado en la capitalina avenida 26, cerca del Cine Acapulco.
Las burlas del resto de los usuarios de la red social no se hicieron esperar frente a la escasa calidad de las nuevas ofertas en lo que fue una de las cadenas de cafeterías más extendidas en Cuba, de entre las que comercializaba sus productos en divisas.
Otra internauta especificó que ahora venden “tostones precocidos” y hasta maní molido, porque sus trabajadores tienen que justificar el salario.
Pertenecientes a la empresa extrahotelera estatal Palmares S.A., esos establecimientos de comida rápida nunca estuvieron exentos de críticas del público por violaciones de las normas de protección al consumidor, falta de información sobre sus horarios, alteración de precios y ventas al por mayor a dueños de negocios privados.
En 2018 fueron el centro de un escándalo cuando medios de prensa estatales revelaron que estaban vendiendo croquetas de fabricación nacional y menor calidad, producidas por la empresa estatal Prodal.
Pero incluso en esas condiciones los DiTú eran una opción cercana a los barrios —en algunos casos prácticamente la única— para adquirir helados, refresco, cervezas, croquetas y pollo frito, ahora ausentes de su menú.
Si el durofrío es uno de esos productos que simboliza la economía de supervivencia en Cuba, su aparición en la pizarra de ofertas de una de esas cafeterías es la confirmación de que el sistema empresarial estatal en la isla tocó fondo, y que los datos oficiales sobre el repunte económico en el primer trimestre de 2022 son una quimera.
