La historia de dos amigas cubanas que perdieron el contacto y luego se reencontraron en los EE. UU. después de 60 años se hizo viral en los medios de Carolina del Sur, principalmente, luego de que un artículo publicado allí nos recordara una vez más cuan significativos son para nuestras vidas los amigos de la infancia.
La última vez que Lilly Padrón y Terry Diego hablaron fue hace 30 años; pero la última vez que se vieron fue en el año 1962, cuando la madre y el padre de Terry abandonaron su país de origen, Cuba, «con poco más que la ropa que llevaban puesta para comenzar una nueva vida en los Estados Unidos.»
Desde entonces, ni Lilly había viajado a los EE.UU. ni Terry había visitado Cuba.
Pero, habían perdido el contacto telefónico también.
Sin embargo, hace un mes Lilly llegó legalmente a los EE. UU.
Y ocurrió el milagro.
Así nos lo cuenta The Charlotte Observer.
Lilly dice que sufrió años por salir de Cuba. Sabiendo que viajaría hacia los EE.UU. se dio a la tarea de encontrar nuevamente a su vieja amiga de la infancia. Encontró su teléfono. Y la llamó.
Fue el esposo de Terry quien recibió la llamada y le dijo que la llamaba «una tal Lilly». Ella, recuerda ahora, solo conocía una Lilly. Una Lilly de la que no había tenido noticias hacía unos 30 años.
Volverse a hablar supuso para ambas unas lágrimas. Terry, dice un medio que recuerda esta historia, «no dejaba de preguntarle a Lilly dónde había estado todos estos años, qué le había pasado, cómo se las había arreglado para encontrarla finalmente.»
“Estaba incrédula. Nunca pensé que volvería a saber de ella. Fueron muchos años los que habían pasado. Supuse que se había mudado fuera del país, o que estaba viviendo en otro lugar de Cuba. … ¡Pensé que tal vez estaba muerta!”, dijo.
En la llamada, Lilly le contó de sus planes de viajar hacia los EE.UU. así que ambas arreglaron un emotivo reencuentro.
Este ocurrió en el Aeropuerto Internacional Charlotte Douglas.
La historia de las dos amigas cubanas
Lilly y Terry se conocieron cuando tenían 5 años de edad. Estuvieron juntas en el jardín de infantes – posteriormente se llamarían Círculos Infantiles – en 1956. Vivían a apenas a una cuadra y media de distancia. Desde entonces, se convirtieron en amigas inseparables.
Pero, a raíz del ascenso al poder de Fidel Castro en 1959, comenzaría el cambio en sus vidas. La familia de Terry se marchó. La de Lilly decidió quedarse en Cuba.
“Lloramos mucho cuando nos despedimos”, dice Lilly, con voz temblorosa, mientras recuerda el momento en que ocurrió la separación. Ambas tenían 11 años de edad.
Terry dice que sentía que dos cosas eran seguras: 1) que nunca se volverían a ver, a menos que Lilly se fuera de Cuba, y 2) que siempre se mantendrían en contacto.
La historia original puede leerse aquí
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