Las autoridades federales de Estados Unidos detuvieron e imputaron por fraude migratorio a Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, expiloto de la Fuerza Aérea y de Defensa Antiaérea de Cuba, que residía en Florida tras haber entrado al país bajo el programa de parole humanitario. La acusación lo señala por ocultar su pasado militar y hacer declaraciones falsas en el formulario I-485 con el que solicitó la residencia permanente, delitos por los que podría enfrentar hasta 15 años de prisión, revelan por estas horas medios como La Vanguardia.
Según detalló Martí Noticias, la Fiscalía de los distritos Medio y Sur de Florida lo acusa de fraude y uso indebido de visados y otros documentos, así como de proporcionar información falsa a una agencia federal. Una acusación que tiene todo el sustento del mundo porque, en su solicitud de ajuste de estatus (para obtener la residencia permamente en los Estados Unidos), y que fue presentada en abril de 2025 por González-Pardo, este aseguró que nunca había recibido entrenamiento militar ni con armas, ni pertenecido a grupos armados, ni servido en unidades militares o policiales, pese a haber sido piloto de combate de la DAAFAR entre 1980 y 2009.
Una decisión – la de mentir – a todas luces absurda, por cuanto ya desde el 17 de septiembre de 2024, Martí Noticias había publicado un reportaje sobre Luis Raúl González‑Pardo Rodríguez titulado «Piloto cubano vinculado con la operación contra Hermanos al Rescate vive en Florida con parole». Sin embargo, a pesar de eso, como señala la Fiscalía de la Florida en su comunicado, este ex piloto de combate cubano decidió mentirle a las autoridades.

La fiscal general Pamela Bondi declaró en el comunicado que pueden ver acá encima (en inglés) que el historial de González-Pardo como piloto de un “régimen responsable de tanto sufrimiento para el pueblo cubano” debió figurar desde el inicio en su expediente migratorio y prometió perseguir con rigor a quienes mientan para aprovecharse del sistema de inmigración.
El proceso, que será llevado por fiscales federales en Florida con apoyo del FBI y otras agencias, se ha convertido en un nuevo capítulo de la batalla del exilio por sacar a la luz la presencia de antiguos cuadros y represores del régimen cubano que han logrado establecerse en Estados Unidos.
El caso tiene una carga política y simbólica adicional porque el expiloto ha sido señalado desde hace años por su vínculo con la operación que derribó dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate el 24 de febrero de 1996, en la que murieron cuatro activistas cubanoamericanos. La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba y otros proyectos del exilio lo ubican como el teniente coronel que, a bordo de un MiG-29, persiguió a la tercera avioneta del grupo, pilotada por José Basulto, después de que las otras dos fueran destruidas en vuelo. Aunque el piloto no disparó ninguno de los cohetes que derribó a las aeronaves, sí se encontraba presente en la operación como «reserva».
El periodista Mario J. Pentón, quien desde el año pasado venía revelando que González-Pardo vivía en Estados Unidos con parole, recordó en una reciente publicación en Facebook que el exmilitar también fue director de la Terminal 2 del aeropuerto internacional José Martí de La Habana. En su nota, Pentón subrayó que víctimas y sobrevivientes del derribo exigen explicaciones al gobierno estadounidense por haber permitido la entrada de un oficial vinculado a aquel operativo.
Pentón dedicó, en el día de ayer, varios momentos para explicar, en video, todo lo relacionado con este piloto y su arresto.





