Un detective de la policía de Coral Springs fue acusado por un gran jurado federal por un cargo de fraude, luego de que los investigadores lo hallaran culpable de usar indebidamente dinero de ayuda por el COVID.
Se suponía que ese dinero, destinado a los propietarios de pequeñas empresas para poder salir a flote en este periodo de pandémico, fuese usado precisamente para eso. Digamos, para pagar deudas, comida, … pero no para excentricidades.
Pues bien, lo que hizo el detective Jason Carter fue precisamente emplear el dinero en otros menesteres distintos para lo que fue diseñado esta ayuda COVID. ¿En qué lo gastó? En reparar un auto antiguo que tiene.
El gran jurado federal lo acusó por un cargo de fraude electrónico anunció el jueves el Departamento de Justicia de EE. UU.
Jason Carter había presentado una solicitud de préstamo por desastre por daños económicos y un acuerdo de préstamo fraudulentos en nombre de su empresa Jason S. Carter, Inc., según la acusación federal no sellada. Dijo que su negocio tuvo ingresos brutos de más de $100,000 en los 12 meses anteriores al 31 de enero de 2020, cuando solo tuvo ingresos brutos mínimos durante ese período, según un comunicado de prensa del Departamento de Justicia.
Peor aún: dijo y certificó que usaría ese dinero de los fondos solo para gastos comerciales derivados del daño económico causado por la pandemia de COVID-19, pero lo que hizo fue gastarlo en reparar su antiguo auto.
Los fiscales acusan a Carter de gastar más de $21,000 del dinero del préstamo de la Administración de Pequeñas Empresas para efectuar pagos en una empresa de reparación y detallado de automóviles y en autopartes de alta gama, que le reparó su auto de colección.
Si es declarado culpable de fraude electrónico, Carter enfrenta hasta 20 años de prisión y una multa de hasta $250,000. Fue puesto en libertad bajo fianza, en espera de juicio.
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