Llanto, desesperación e ira: las imágenes de lo sucedido en un hospital cubano tras la muerte de una anciana por coronavirus recogen momentos desgarradores, de mucha incertidumbre para familiares y pacientes. Los medios oficialistas han intentado tapar lo ocurrido, pero los videos no mienten al respecto.
En plena crisis por el embate del coronavirus, las imágenes compartidas en redes sociales sobre los sucesos alrededor de la muerte de una anciana por coronavirus en un hospital cubano -en Sagua la Grande, en Villa Clara- son desgarradores y muy preocupantes, porque simbolizan lo que pudiera pasar en otras instituciones hospitalarias.
A la devastación por la muerte de la abuela, se suman un sinfín de reacciones mezcladas, que van desde la impotencia hasta el dolor profundo y la ira, porque solo piden atención médica, al menos, ante la escasez de todo lo demás en el hospital cubano.
En el perfil de Sagua la Grande se han compartido varios videos que permiten ver la reacción de un familiar destrozado, la falta de atención y las justificaciones que de nada sirven.
“¿Por qué no hay un médico?”, se pregunta atónito un hombre, en uno de los videos, evidentemente destruido por lo ocurrido en el sitio.
En otro se puede ver una especie de reunión en la que los preocupados pacientes del hospital cubano escuchan justificación tras justificación de quienes intentan dar una explicación razonable a algo que no la tiene.
Una vez más, piden que, al menos, haya un médico para atender a los enfermos. Uno de los funcionarios enviados para aplacar la situación, le ordena incluso a la mujer que grababa que dejara de hacerlo.
Tras conocerse las imágenes, la prensa oficialista intentó tapar lo sucedido en el hospital cubano y culpar a los familiares de la anciana de causar alboroto en la institución, pero sin condolerse por el fallecimiento, algo que levantó numerosas críticas por parte de los usuarios de Facebook.
Según hizo referencia Telecubanacán en su página web, la mujer fallecida de 70 años se llamaba Estelina Ibarra Ortiz y era del municipio Corralillo, residente en el poblado de Rancho Veloz, quien ingresó en el hospital Mártires del 9 de abril el 4 de agosto a las 12 del día en la sala 4 A cama 10, con PCR confirmado.
La mujer murió a las 4 de la tarde del 6 de agosto positiva a la Covid en ese hospital cubano, por un trombolismo pulmonar. En esos momentos, afirma el medio, en ausencia del médico, “acude el doctor intensivista Lázaro López Hernández y los enfermeros Marai Méndez y Luis Miguel Jiménez Perdigón, que dieron Respiración Cardiopulmonar sin poder lograr la recuperación de la paciente”.
Pero Telecubanacán intenta en su reporte culpar al hijo de la anciana, pues dice que “reaccionó bruscamente contra el personal de salud, con palabras fuertes y agresivas, y creó un clima desfavorable entre los pacientes de la sala”.
En informaciones posteriores, la prensa oficialista afirmaba que después había total tranquilidad en todo el hospital cubano y que los “pacientes son atendidos y reciben sus medicamentos”.
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“Acabo de hablar con un amigo mío de Sagua y estoy muy pendiente al caso y los que me conocen saben que admiro y respeto el trabajo de los médicos y estoy en total desacuerdo con que les paguen menos que a la policía, pero ver a [Francisco Duran] apoyando la caravana eso sí es triste. En el caso en cuestión, no había personal médico. Producto a eso [el fallecimiento de la anciana] apareció la medicina y el oxígeno y todo, a tal punto que hasta brigadas de apoyo van para Sagua hoy. Tienen que pasar estas cosas malas para que surjan las positivas”, escribió un usuario en un comentario sobre los hechos del hospital cubano.
Una vez más, el aparato propagandístico se pone en función de eslabonar justificaciones y los medios dejan de lado el deber de investigar y exponer la verdad sobre los sucesos.
Las muertes en el hospital cubano son solo la punta del iceberg de un problema mayor que el gobierno no quiere reconocer: el colapso del sistema de salud y el descontrol del coronavirus, que sigue sumando, por desgracia, más muertes.
