Activistas que se dedican desde hace seis meses a la entrega y distribución gratuita de medicamentos en La Habana y en el resto del país, denunciaron ayer el presunto robo de 69 kilogramos de medicamentos que fueron enviados en concepto de donación desde España.
A Osbaldo Ricardo Alemán Prombol, un cubano residente en España que era asiduo colaborador en distribución y entrega de alimentos en la Parroquia situada en Calle de la Beneficiencia 18 (Madrid) se le dieron tres maletas de 23 kilogramos cada una, con la condición que las entregase a una activista en La Habana.
Alemán Prombol, conocido como «Ricky», conocía la labor que se desarrollaba en esa parroquia, donde un grupo de cubanos emigrados trabajan de forma voluntaria en la gestión y acopio de medicamentos para enviarlos de manera gratuita a Cuba. En varios momentos colaboró con ellos; cargando cajas, casi exclusivamente; pero era, sí, una persona de confianza.
Tal vez por eso todos allí se pusieron muy contentos cuando Ricky anunció que viajaría a La Habana presumiblemente el día 1 de agosto. Anunció que ya tenía el boleto por la aerolínea Everlop, y expresó que si le pagaban las maletas extras, él podría llevarlas a La Habana y entregarlas personalmente, luego de cumplir el período de aislamiento.
Sin embargo no sucedió así. Transcurrido el tiempo, nunca realizó la entrega.
Así lo explica Laura Bustillo, una de las activistas.
«A pesar de las múltiples llamadas y SMS que se le han hecho a él y a su hermana se nos ha vuelto imposible localizarlo, ya que da una dirección diferente en cada conversación así como una excusa diferente cuando se le pregunta tanto por las maletas como por el paradero de las mismas».
Las maletas contenían, entre insumos y mascarillas, varios kilogramos de medicinas de primera necesidad en la isla. Paracetamol de 1000 gramos, antibióticos de todo tipo, multivitaminas, y sobre todo, medicamentos del llamado «Protocolo Covid». Además, «medicamentos destinados para donar a pacientes con enfermedades severas cuyos tratamientos son muy específicos y difíciles de encontrar incluso fuera de Cuba».
Medicamentos caros incluso. Y no pocos.
«En el día de ayer 30 de agosto fue formulada denuncia en su contra en la Estación de la PNR sita en Cuba y Chacón. Es urgente localizarlo! Su hermana refiere que estuvo aislado en la calle Aguacate y que ha sido visto por Bernaza y Teniente Rey. Tiene el móvil desconectado y no responde nuestras llamadas», expresó además desesperada Laura, en su perfil personal de Facebook. Si hay robo o no de los medicamentos, deberá esclarecerlo la policía, una vez que «Ricky» sea detenido.
Activistas habrían estado incluso, todo este tiempo, visitando barrios y ciudadelas cercanas a fin de poder encontrarlo, pero la gestión ha sido infructuosa.
La denuncia también habría sido radicada en Madrid. Ricardo posee familia, hijos, en Houston, Texas, y no se descarta la posibilidad de que viaje a los Estados Unidos.
Los activistas insisten en que más que llevarlo ante la justicia, lo que importa verdaderamente es la aparición de las tres maletas llenas de medicamentos.
Otra de las activistas aclaró que «Ricky» nunca refirió estar enfermo, aunque en algún momento, en una de las pocas y primeras veces que atendió al teléfono, aseguró que estaba «aislado» en una barriada colindante con la calle Aguacate.
Según la denuncia, «Ricky» estaría incurriendo en el delito de Apropiación Indebida, previsto y sancionado en el Artículo 335 del Código Penal vigente, en espera de conocerse si se trata de un robo o no de los medicamentos, con el agravante de que se trataba de medicinas destinadas a salvar vidas y que se presume ya estén circulando en el mercado informal. Esta actividad ilícita que se condena severamente en la isla.
El presunto robo de los medicamentos habría obligado a los activistas a cambiar la estrategia de la entrega de medicamentos, en España. Sobre todo porque en Valencia, se dio un caso parecido. Una persona que viajaba al oriente del país, específicamente a Holguín, no despachó en España una de las maletas que se le pagó directamente.
«La persona que llevó las maletas sacó los antibióticos de los paquetes, y se llevó dinero doble por la tercera maleta que al final no sacó. Estamos esperando para resolver eso acá cuando regrese. Son situaciones muy desagradables, porque lo que menos quisiéramos es involucrar estructuras punitivas en iniciativas de apoyo mutuo. Pero hay gente que no tiene escrúpulos y que piensa que ser solidarix es sinónimo de ser tontx», explicó en los comentarios la activista Salomé Bacallao que gestiona los envíos a la isla desde Valencia, España. Salomé indicó además que allá ellos le hacen firmar varios documentos a las personas que llevan las maletas a la isla, pero que así y todo hay quien cree que puede salirse con la suya y robarse los medicamentos.
«Es importante habiendo pasado por estas experiencias, repensar o rediseñar el sistema y mecanismos de control de las entregas y los envíos. No pensamos que nos fuera a pasar, pero aquí está», comentó por su parte otra activista de las que trabaja en La Habana repartiendo las medicinas, Katherine T. Gavilán.
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