Más de un cubano en Miami dejó el 2024 de la misma forma que lo hubiera hecho en su isla natal. Dar la vuelta a la manzana con maletas de viaje o tirar un cubo de agua al llegar la medianoche el pasado martes 31 de diciembre fueron algunos de los rituales con los que dijeron adiós al Año Viejo.
Como han dejado claro en redes sociales, “no hay nada más cubano que esto” o “así es como los cubanos celebran el nuevo año”, no solo para despedirse de lo vivido, sino también para enmarcar nuestras aspiraciones para el futuro.
En particular, pasear la manzana con la maleta fue una de las tradiciones más seguidas en la Ciudad del Sol este fin de año y sobre la que algunos han bromeado. “¿Qué hay más allá de Estados Unidos? Quiero ir”, han dicho.
En tal sentido, hay que destacar que esta costumbre no implica solo el deseo de explorar nuevos destinos de viaje, sino que se relaciona directamente con la búsqueda de nuevas experiencias y el anhelo de recibir el año con el pie derecho.
Algunas de las versiones de esta tradición son levantar la maleta en lugar de arrastrarla, llenarla con ropa y añadir el pasaporte o correr siete vueltas alrededor de la manzana.
Por otro lado, lanzar agua encierra buena energía, o sea, que es entendida como una limpieza simbólica que abre paso a vibraciones positivas en el Nuevo Año y es común en otros lugares como Puerto Rico.
Sin embargo, la mayoría de las costumbres recreadas por los cubanos fuera de la isla para atraer buena suerte, prosperidad o felicidad en Nochevieja no pueden ser seguidas hoy por sus coterréneos en Cuba, donde atraviesan toda clase de penurias económicas.
Algo tan sencillo como comer 12 uvas al llegar la Medianoche como en España, romper platos viejos frente a las puertas de amigos y vecinos tal cual lo hacen en Dinamarca o comer lentejas al estilo italiano, son inalcanzables para la mayor parte de la población en Cuba, la cual ha sobrevivido a duras penas uno de los años más duros de su historia reciente.
