Cubanos creen que la miseria, la crisis y la santería ahuyentaron al huracán Beryl

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La capacidad de los cubanos para encontrar humor en las adversidades destaca su resiliencia y su capacidad para enfrentar las dificultades con una actitud positiva, aunque sea a través de la ironía.

El huracán Beryl, por su parte, ajeno a los dimes y diretes de los cubanos, continúa su avance, cada vez más lejos de las costas cubanas.

La crisis económica que azota a Cuba ha generado una serie de reacciones y comentarios entre la población, que buscan explicar la fortuna que ha adquirido el país en términos meteorológicos.

En los últimos días, la isla ha estado en alerta debido a la amenaza del huracán Beryl, un fenómeno natural que ha causado preocupación en toda la región del Caribe. Sin embargo, para sorpresa de muchos, Beryl cambió su trayectoria y evitó impactar directamente a Cuba. En medio de la desesperanza, algunos cubanos han comenzado a bromear diciendo que la miseria y la crisis económica ahuyentaron al huracán.

El hurácan, de hecho, parece que no subirá latitudes en su trayectoria. Cizalladuras en corrientes de flujo vertical en la atmósfera, y la presencia de un fuerte anticiclón han hecho que Beryl se aleje cada vez más de las costas cubanas.

Mirándolo todo así, tal parece que los cubanos han tomado prestada la protección indígena de la tribu Tocobaga que dicen cuida a la bahía de Tampa, en la Florida. Según la leyenda, esta tribu que habitaba la región, habría realizado rituales y ofrecido protecciones espirituales que, hasta la fecha, protegen a esa bahía de huracanes devastadores.

Por el momento se desconoce qué han hecho los cubanos, pero la relativa inmunidad a los impactos directos de huracanes que ha adquirido Cuba en los últimos años no es tan certera. Recordemos que Ian destrozó prácticamente a Pinar del Río. Eso sí, fue «una sola provincia», y no la isla entera. Por cierto, el huracán Ian en 2022, tenía bajo amenaza en su trayectoria a la Bahía de Tampa, y no entró por allí.

La combinación de creencias culturales y realidades meteorológicas «han mutado» a la mayor de las Antillas. Del misticismo de Tampa se ha pasado a la realidad de un país en crisis.

Cubanos bromean con que los huracanes no quieren pasar por la isla

Desde hace varios años, Cuba enfrenta una grave crisis económica caracterizada por la escasez de alimentos, medicamentos y productos básicos, una situación que se ha agravado con el paso del tiempo.

La pandemia de COVID-19 exacerbó estos problemas, dejando al país en una situación de precariedad extrema. El turismo, una de las principales fuentes de ingresos de la isla, se vio drásticamente reducido, y las restricciones económicas impuestas por Estados Unidos han continuado ejerciendo presión sobre la economía cubana.

En este contexto, la llegada del huracán Beryl representaba una amenaza adicional que podría haber empeorado aún más la situación. Beryl, que se formó en el Atlántico a principios de junio, comenzó a ganar fuerza rápidamente, alcanzando la categoría 3 y generando temores en las islas del Caribe. Las autoridades cubanas emitieron alertas tempranas como nunca y comenzaron a preparar a la población para posibles evacuaciones y medidas de emergencia, pero Beryl se alejó de Cuba.

El cambio de trayectoria de Bery fue recibido con alivio por los cubanos, pero también con una mezcla de incredulidad y humor negro por parte de los nacidos en la isla. En redes sociales y en conversaciones cotidianas – comentarios en post de Facebook sobre todo -, muchos cubanos empezaron a decir que la crisis económica y la miseria en Cuba habían sido las responsables de «ahuyentar» a Beryl.

“Ni los huracanes quieren venir a Cuba en estas condiciones”, comentaba a modo jocoso un usuario en Twitter, reflejando el sentimiento de muchos de los cubanos.

Y aunque estas declaraciones se hacen en tono de broma, subrayan el profundo malestar y la desesperanza que prevalecen entre la población cubana. La situación actual en Cuba sigue siendo crítica. Las colas para adquirir alimentos son largas y agotadoras, los apagones son frecuentes y los servicios básicos están en deterioro.

El huracán Beryl, por su parte, ajeno a los dimes y diretes de los cubanos, continúa su avance lejos de las costas cubanas, pero su paso cercano ha dejado una reflexión sobre la fragilidad de la isla ante desastres naturales en un contexto de crisis económica.

Las autoridades meteorológicas seguirán monitoreando la trayectoria de Beryl, mientras los cubanos continúan enfrentando los desafíos diarios de una vida marcada por la escasez y la incertidumbre.

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