Aquellos miles de cubanos que pusieron el grito en el cielo el 18 de marzo del 2015 luego de leer el texto titulado «La niña que conmovió al Héroe», no pudieron imaginar que seis años después de «aquello», no Cubadebate, sino Juventud Rebelde, daría continuidad a un «estilo» que en su momento fue visto como una apocalipsis periodística.
Si en aquel texto «brillaba», como perla de la Mora de Trípoli, el segundo párrafo, donde podía leerse lo siguiente: «Como doncella que obsequia su pañuelo perfumado al caballero que llega sobre brioso corcel y vestido con flamante armadura, ella agasajó con ternura al héroe de sus sueños,» dos textos recién salidos del horno en el diairo Juventud Rebelde nos hacen temer que la prensa y el periodismo cubano van de mal en peor.
¡Cómo si no lo supiésemos!
«Aquello» escrito en el 2015 había salido de la mano – y cabeza – de un fotógrafo que quiso convertir en letra lo visto por sus ojos, se le perdonaba al fotorreportero – por demás, muy poco conocido -; pero era apenas una probadita de lo que hemos visto en 15 días en el llamado «diario de la juventud cubana».
Un texto que promueve a la risa y a la cita
No pocos lectores de La Joven Cuba pegaron este domingo otro grito en el cielo cuando Jorge Fernández Era, humorista y periodista cubano publicaba, en su columna de humor dominical, el texto «Arrumacos» donde recogía una por una las pinceladas vistas en un texto publicado por el Juventud Rebelde titulado «Para hacer posible lo imposible».
Los disparates recogidos por Era eran tantos, que aquellos que no lo entendieron, ni comprendieron las comillas – de las citas – creyeron que Era se había vuelto loco. Poco después se supo la verdad.
Nada había sido inventado. Un joven periodista nombrado Santiago Jérez Mustelier, nacido en Santiago de Cuba, dejaba para la historia un texto que a su vez era la continuidad de otro visto par de semanas antes.
Dos textos en quince días. Días más, días menos, donde el barroco periodístico se adueña de la escritura dejando evidencias de un neo estilo o una nueva corriente periodística.
Nada que envidiarle a aquel «Las flores del ALBA cantadas por las abejas« donde el periodista Enrique Milanés León hablaba de «firmes horcones caribeños en pose de amantes padres velando a la orilla»; o de María Carla, «la pequeña de tres meses que Chávez arrulla aún en una fotografía, es ahora una adolescente que devuelve en el teatro, en afectos especiales, todo lo que recibió.»
Si creíamos que aquella mención a Fidel Castro como el hombre que «los moldeó cariñoso con las mismas manos inmensas de frenar imperios» o de Cuba «con sus «vacunas» de amor cantado, a fuerza continental», no sabíamos nada.
Ni siquiera el vocablo inventado por Milanés de «samplingmente» – quiso decir «a capella», pero no conocía el término – compite en hidalguía con este otro texto, publicado el pasado 1ro de enero, que a juicio de más de un entendido al parecer se escribió con un diccionario en la mano.
Solo queda recomendar, en medio de tanto desconcierto, no leer ni uno ni otro. Ni siquiera el aparecido en Cubadebate en el 2015.
Basta leer, ver y constatar lo viral que se volvió el post en el perfil de Facebook de Jorge Fernández Era, donde más de un cubano «letrado» y de prestigio dijo estar ANONADADO con lo visto.
Pero no, no nos quedemos en los comentarios. Leamos el texto de Era y recordemos que, «cada frase entrecomillada fue sacada íntegramente» de un artículo del Juventud Rebelde que presume ser un resumen del año 2021.
Sin dudas, pudiera ser una corriente. Un neo estilo. A fin de cuentas la historia nos trae siempre por estos entresijos y a cada rato sale algún incomprendido literario, como lo fue Honoré de Balzac en su tiempo. O Emile Zola, o Gunther Grass.
Tal vez de aquí a 50 o 100 años, quien sabe, a Santiago Jérez Mustelier le den un premio; lo llamen «iluminado», «transformador» y renovador del periodismo en Cuba.
