Un artículo publicado por el medio independiente cubano 14ymedio, da cuenta de cómo los ciudadanos cubanoamericanos que viajan a Cuba, la mayoría de ellos a visitar a sus seres más queridos, «se arriesgan en las carreteras», provocan accidentes en las vías y, a juzgar por la aseveración que hace el medio, lo hacen violando las leyes del tránsito.
Como dirían ellos mismos y no es primera vez que se escucha cada vez que un accidente de esos ocurre: «andaba(n) a la mailó».
14ymedio señala que «los vehículos de turismo viajan a alta velocidad, invaden sendas contrarias y adelantan a otros automóviles en tramos muy peligrosos y curvas,» a lo cual hay que agregar que, la mayoría de esos choferes conducen con cierto número de bebidas alcohólicas encima, en horario nocturno o de madrugada, en un país donde las vías no están medianamente bien señalizadas, y el único animal que no se atraviesa en una carretera es un elefante, porque no los hay circulando libremente.
Todo esto lo conocen de sobra los cubanoamericanos, cubanos emigrados, como muchos, quienes «para demostrar su procedencia, cuelgan las banderas de EE UU y Cuba en estos autos.»
Algunos lo hacen con orgullo por su identidad de cubanoamericanos, pero no dude Ud. que dentro de ese jamo, caiga un pez que quiera resaltar su diferencia por encima de otros y asuma que, con las banderitas, chicas y chicos sabrán que quien va al volante, no es un cubano que alquiló, sino un cubanoamericano.
Sí, hay sus difeencias. 14ymedio dice que «se les reconoce fácilmente» y porque tienen «las mejillas más llenas».
Muchos de ellos ni siquiera se habían puesto detrás de un volante en Cuba antes de emigrar hacia los EE.UU. En el norte, aprendieron a manejar sí o sí, en un mes o dos, y luego de sortear el exámen teórico a menudo raspando el mínimo, convencieron al que se les sentó al lado para hacerles el examen práctico, logrando parquear entre una fila de conos, logrando los famosos «tres puntos» y manejando en retroceso durante 20 metros.
Si mal manejan los cubanoamericanos sobrios en la Miami y la Florida, y Ud. lo puede ver en el Palmetto, I-95 u 836, como se cambian de carril sin poner intermitente a 100 kilómetros por hora, imagíneselos en Cuba, con cuatro Cristales o Bucaneros encima.
A la isla llegan, muchos con intenciones de sacar de paseo a sus familiares en un auto rentado que pagan con tarjetas de crédito que luego demoran años en pagar, y en la isla se mueven, a menudo hiperbolizando sus empleos en los EE.UU. y haciendo gala del San Benito de ser los que peor manejan.
14ymedio conversó con varios choferes residentes en la isla y estos refieren que «los tours son un peligro en las vías debido a que no son conscientes de las malas condiciones en que están las carreteras cubanas, con muchos baches y estrechas, y viajan a alta velocidad (entre 120 y 180 kilómetros por hora), invaden sendas contrarias y «a la fuerza adelantan otros vehículos» en tramos muy peligrosos como curvas.»
Muchos son cubanoamericanos, repito, sin siquiera dos años de experiencia detrás del volante de un auto.
Ud., repito también, los puede ver en el 836, el Palmetto o la I-95, como viajan bumper to bumper buscando el más mínimo resquicio para adelantar al que está delante aunque luego no pueda adelantar a más ninguno. Los puede ver, como van texteando, mientras manejan… sí, en Miami también manejan un tanto, a la mailó.
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