Julio César Llorente López, un ciudadano cubano, que fue arrestado en la República Dominicana por agredir a un agente de tráfico se encuentra recibiendo un castigo excesivo, denunciaron sus familiares.
La familia de Llorente considera que su arresto y detención durante tres meses en una celda de máxima seguridad son excesivos y denunciaron que desde hace ya casi un mes ni siquiera lo han podido ver.
Alegan además que el joven «está luchando emocionalmente debido a la cobertura mediática y los comentarios en las redes sociales sobre el incidente», mientras esperan que las autoridades de República Dominicana le apliquen al cubano una medida menos severa, como una garantía financiera o informes periódicos a las autoridades. La familia considera además que cree un arresto domiciliario, un monitor electrónico en el tobillo, compensación al oficial agredido y una disculpa pública, serían medidas más apropiadas en su caso, y no estar en una celda de máxima seguridad, cual si se tratase de un asesino. El caso está en curso, y está programada una apelación para el fin de la detención preventiva en septiembre.
El diario Dominican Today señala en una nota periodística que, aunque la familia de Llorente comprende la gravedad de sus acciones, se encuentran preocupados por el bienestar y el impacto emocional del joven; especialmente con el castigo tan severo que estaría recibiendo, al estar desde hace ya más de un mes.
El arresto de este joven cubano en República Dominicana se produjo después de un altercado en el que abofeteó a un oficial que le requirió los documentos, por presuntamente tomar fotos de estos. La detención del agente se produjo cuando, supuestamente, el cubano hablaba por teléfono mientras conducía.
El caso de Llorente ha llamado la atención incluso de la Embajada de Cuba en la República Dominicana, quien afirma haber «enfrentado dificultades para visitarlo o recuperar su vehículo, que fue incautado por las autoridades.»
Curiosamente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, especialmente el Canciller Bruno Rodríguez Parrilla, tan atento a ofrecer condolencias y «asesorías» a otras naciones en momentos especialmente sensibles, no se ha expresado en lo absoluto sobre un asunto que compete a un nacional cubano encerrado en República Dominicana.
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Si pero hay que preguntarse con que derecho ese joven le da una galleta a el oficial que solo estaba cumpliendo con su deber, este es el resultado de la mala educacion y la prepotencia de la juventud cubana