Un cubano se llevó una desagradable sorpresa al constatar que el Toyota Yaris que había comprado en 43000 dólares a la agencia estatal perteneciente a la Corporación CIMEX estaba completamente oxidado.
“Quiero comentarle algo a todos los cubanos que quieren comprarse carros en la agencia de 20 y primera de La Habana, no te dejan revisarlos, no te dan una gota de gasolina y están todo podridos por debajo”, advirtió en Facebook un internauta identificado como Lisander Acosta.
En su denuncia, el cliente de la agencia estatal afirmó que había comprado un Toyota Yaris del 2009, sin imaginar lo que descubriría más tarde.
“Lo traje para Oriente y cuando lo revisé está todo podrido. Se le caen las lascas de hierro oxidado. Costó 43,000 MLC. Quisiera que alguien me orientara y con quién me puedo quejar, a qué número puedo llamar”, precisó el comprador estafado por la corporación manejada por militares cubanos.
“Lo hago público para que no pasen por lo que estoy pasando. El descaro y la estafa más grande que hacen en esa agencia”, expresó Acosta, quien compartió varias imágenes en las que se observa el estado de deterioro del automóvil recién comprado.
Los precios de ese tipo de autos usados varían en dependencia del país y el estado del vehículo, aunque en ningún caso superan los 10 mil dólares.
En cambio, el monopolio de importación y comercialización de la única agencia que vende autos en Cuba, bajo control del conglomerado de empresas militares conocido como GAESA, le permite a esa empresa poner precios abusivos a cualquier carro, sin importar la calidad de su marca o el año de fabricación.
Ante la ola de burlas y críticas que generaron las exageradas sumas de dinero por las que se vendían los autos usados en la isla, en marzo pasado el Ministerio de Transporte explicó que el precio mayorista de los autos que se comercializan en moneda libremente convertible (MLC) se estableció a partir del costo de adquisición y con hasta un 30% de margen comercial.
