Reza un viejo refrán que «el que por su gusto muere, la muerte le sabe a gloria», y eso parece cumplirse a rajatabla en el caso de un cubano residente en el sur de la Florida, a quien le encantan las peleas de gallos, y por eso mismo ha terminado en la cárcel.
Este ciudadano cubano, identificado como Andrés Laguardia de la Vega, fue detenido en Miami debido a su presunta participación en las peleas de gallos, una actividad que es considerada ilegal en la Florida. Tras una operación policial, se efectuó un registro en su domicilio situado en el noreste de Miami, donde se descubrieron varios gallos en condiciones no adecuadas; confinados en jaulas separadas, y que mostraban señales de haber peleado o de estarse «preparando» para efectuar peleas.
El informe destaca que, en la misma propiedad, se hallaron instrumentos y equipos relacionados con la organización de peleas de gallos, incluyendo un área designada para entrenamientos; y que hasta una vecina que reside en un anexo de la vivienda principal, corroboró que Vega ha mantenido gallos en su propiedad durante varios años, lo que le hace creer a las autoridades que este cubano lleva peleando gallos desde que alguno de ellos puso un huevo, alguna vez.
Vega enfrenta ahora cargos por mantener animales con fines de combate y por poseer equipos relacionados con esta actividad ilegal.
En su perfil de redes sociales, específicamente en Facebook, Vega ha compartido múltiples publicaciones defendiendo la legalidad de las peleas de gallos.
En uno de esos post compartió una foto de Abraham Lincoln, con un gallo en la mano y expresó que este era «un deporte de años en los Estados Unidos» y que «deverian (sic) preguntar eso cuando nos vamos hacer ciudadanos».
Este no es el único caso relacionado con peleas de gallos en Miami. En junio de este año, Lázaro Agramonte, un cubano de 62 años, fue arrestado en Miami por involucrarse en peleas de gallos y posesión de marihuana.
A pesar de ser parte de la generación de cubanos conocida como «El Hombre Nuevo», Lázaro no siguió este ideal de «reforma socialista» y fue arrestado en el área de Homestead, específicamente en la calle 144 y la avenida 199 del suroeste.
A Lázaro se le imputaron cargos por maltrato animal, apuestas ilegales y posesión de marihuana. Durante su arresto, las autoridades confiscaron varios gallos de pelea y cinco libras de marihuana.
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Las peleas de gallos están prohibidas en la Florida debido a consideraciones éticas y de bienestar animal. Estas peleas involucran a dos gallos que son forzados a pelear hasta que uno de ellos muere o queda gravemente herido.
Las peleas de gallos no solo son crueles para los animales, sino que también están asociadas a otras actividades ilegales como el juego y el tráfico de drogas. Por lo tanto, la prohibición busca proteger a los animales y evitar actividades delictivas relacionadas.
Las peleas de gallos, aunque son una actividad lucrativa en Cuba, están prohibidas en Estados Unidos, especialmente en Florida, donde las sanciones son severas.
A pesar de ser considerado anteriormente como un «entretenimiento» en Cuba, en la que incluso participan altas figuras del Estado y Gobierno – es conocida la anécdota de que Fidel Castro en una pelea de gallo, vio a su gallo perder y «arratonado» y sacó su pistola y le dio muerte de un tiro – las peleas de gallos son vistas en Estados Unidos como actos de crueldad hacia los animales, y aquellos involucrados enfrentan consecuencias legales significativas.
