Quienes gobiernan Cuba saben cuánto peligro corren si la gente vuelve a la calle en protestas pacíficas y buscan criminalizarlas
Faltan casi dos meses, pero quienes gobiernan Cuba ya caldean los ánimos contra la convocatoria para protestas pacíficas el próximo 20 de noviembre.
Francisco Grass -un joven que aplaude cada accionar del régimen y sin pudor ataca a cada activista u opositor- firma un artículo para el sitio oficialista Razones de Cuba en el que con el exceso de adjetivos trata de suplir la insuficiencia de argumentos. Ya en el primer párrafo habla así de Yunior García Aguilera, joven dramaturgo y director de teatro.
«… se han estrellado todos como un avión en medio del desierto, y es así, en esa tragicomedia, risible y penosa a la vez, que surge del polvo mugriento de la traición un nuevo ‘mesías’ de la contrarrevolución interna en Cuba, el nuevo Judas Iscariote del pueblo, Yunior García Aguilera».
Quienes dictan a Grass lo que debe decir no le perdonan a García Aguilera cada una de sus opiniones luego de que fuera uno de los jóvenes artistas tirados a un camión cuando se manifestaban pacíficamente en julio pasado frente al edificio del Instituto Cubano de Radio y Televisión -que un mes después se convirtió en el Instituto de Información y Comunicación Social.
En entrevista con el director Ian Padrón para su canal para su programa Derecho a réplica -tan solo diez días después del 11 de julio- Yunior se refirió a la falta de confianza de muchos cubanos en la Fiscalía y en las autoridades: «a pesar de que hubo cientos de detenciones arbitrarias ese día, solamente se han hecho -según la televisión cubana- 63 reclamaciones. Eso indica una falta de confianza total en las instituciones».
Lo que no pueden tolerar el régimen y sus más fieles voceros es el llamado a las protestas pacíficas para el 20 de noviembre venidero. En el anuncio en redes sociales -que apareció hace apenas tres días- se podía leer: «se entregaron cartas en la recepción del Gobierno Provincial de La Habana y en la oficina del Intendente del CAM La Habana Vieja. Una veintena de ciudadanos firmaron los documentos donde se notifica a las autoridades la realización de una Marcha contra la violencia, para exigir que se respeten todos los derechos para todos los cubanos, por la liberación de los presos políticos y por la solución de nuestras diferencias a través de vías democráticas y pacíficas».
Sin embargo, desde Razones de Cuba se busca criminalizar la iniciativa dos meses antes de que suceda. El régimen sabe lo peligroso que sería otro 11J, es obvio que le temen. Veamos lo que suelta Francisco Grass en su texto panfletario:
«La violencia que se evidenció en 11 de Julio fue importada, es el odio que anida en el corazón de las hienas sedientas de sangre que habitan en la Florida y de sus lacayos internos en contra de su propia gente, un odio visceral, vestigio de la Cuba prerrevolucionaria, es el odio de las clases burguesas hacia los obreros y a los más humildes, es el odio del rico hacia el pobre, ese círculo vicioso que encontró su fin con el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959».
