El director de fotografía y realizador cubano Raúl Prado publicó una foto en su perfil de Facebook donde sostiene entre los brazos una bandera sucia, rasgada, que declara haber encontrado “en una institución que pertenece al Ministerio de Cultura…deshilachada, tirada al piso, llena de cemento, utilizada como trapo o una frazada de piso, mancillada”, lo que prueba un incumplimiento por parte de responsables anónimos de la Ley No. 128, Ley de los Símbolos Nacionales de la República de Cuba.
“Esta bandera por la cual HOY hay un artista preso por hacer uso de ella en su arte, esta bandera cubana, HOY, encontró las manos de alguien que sí la respeta”, comentó a propósito de uno de las principales motivos por los que las autoridades cubanas han atacado la reputación y libertad física y de expresión de Luis Manuel Otero Alcántara, quien se encuentra guardando cárcel en la prisión de máxima seguridad de Guanajay, en la provincia de Artemisa, desde las manifestaciones populares del pasado 11J.
El performance Drapeau, realizado en 2019 por Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro, consistió en emplear la bandera cubana como un objeto cotidiano, como toalla, como sábana, siempre pegada a su cuerpo, cubriendo su cuerpo, con lo que Luis Manuel buscaba estructurar un discurso sobre el amor a la patria como práctica cotidiana, orgánica, tan habitual como respirar.
Los medios oficiales cubanos y sus voceros como Humberto López desplegaron fuertes críticas contra esta obra como parte de sus argumentaciones contra la legitimidad intelectual y ciudadana de Otero Alcántara. Y se terminó sumando simbólicamente a las causas legales en su contra: intento de atentado, resistencia y desacato a la autoridad.
“¡Que ninguna institución vuelva a hablar de respeto a los símbolos patrios! ¡Vergüenza!”, concluyó su post Raúl Prado, quien sufrió encarcelamiento por acudir el 11J a las puertas del extinto ICRT junto a un grupo de artistas, intelectuales y activistas, para solicitar un espacio mediático oficial para las voces disensoras.
Luego de estos sucesos, quien es graduado de la Derecho en la Universidad de La Habana y de la especialidad de Fotografía de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de Los Baños, integró el grupo fundaciones de moderadores de la plataforma cívica Archipiélago.
Actualmente trabaja con el director Fernando Pérez en la más reciente cinta de ficción de este, titulada Riquimbili o El mundo de Nelsito, como director de fotografía.
