Cementerio de carros en Cuba genera indignación en redes

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En un país donde tener un carro se antoja una utopía, por lo difícil de comprarlo primero y de mantenerlo luego, el Estado se da el lujo de tener carros relativamente modernos echándose a perder en parqueos escondidos u olvidados. Así lo denunció un usuario de Facebook, quien compartió imágenes de carros “pudriéndose” en la maleza.

Las imágenes fueron compartidas en el Grupo Autos de Reposición de la ESEN, y muestran un lote de vehículos con chapa turística, como dedicados a la renta, de las marcas Peugeot y Geely, aunque no se descarta la presencia de otras. El usuario Luis Morejón, quien subió las fotos, no precisó dónde las tomó, pero varios comentaristas confirmaron su veracidad.

Lo que más indigna a los internautas es que muchos profesionales no pueden soñar con tener un carro, y estos llevan tiempo abandonados a la intemperie, sin mantenimiento ni la menor intención de “darle camino”, aunque sea a los onerosos precios que impone el mercado estatal, o como alternativa para quienes esperan hace años la prometida reposición de vehículo.

“Ya tenemos que parar el cinismo. En todo el país hay más de 2000 carros de rentas de Transgaviota y Transtur echándose a perder. Y lo que más molesta es que este gobierno no mueve un sólo dedo para resolver ese problema. Prefieren que se echen a perder antes de dárselo a los asegurados”, reaccionó un forista.

El indignado comentarista es uno de los que visibilizó a finales de febrero pasado el humorista Otto Ortiz, cuando denunció en redes sociales la demora de la Empresa de Seguros Nacionales (ESEN) para reponer su vehículo, como habían acordado en un contrato firmado hace años.  

“No quiero extenderme en este escrito porque en próximos días voy a ponerle corazón a la publicación sobre la EMPRESA DE SEGUROS NACIONALES, pero de pipi que yo, con 57 años en las costillas ande con una motico eléctrica, como si fuera un adolescente, porque dicha empresa no acaba de reponerme el carro que HACE AÑOS espera por la reposición prometida cuando, HACE AÑOS, hicimos el contrato”, escribió entonces Ortiz.

Los problemas con la ESEN no son nuevos, ni cosa de la actual crisis: desde el Período Especial que azotó la economía nacional a finales del siglo XX eran recurrentes las historias de incumplimientos, o pagos de seguro irrisorios, que no alcanzaban ni para comenzar a pagar en el mercado informal los artículos a reponer.

Al respecto, la filial de la ESEN en la oriental provincia de Las Tunas reconoció en una nota publicada a finales de 2022 que todavía no contaba con los vehículos necesarios para efectuar la reposición, “la cual se realizará cuando exista tal disponibilidad, teniendo en cuenta el escalafón confeccionado por la fecha de ocurrencia del siniestro”. Por entonces había 20 casos pendientes de 2017 y 98 de 2018. De entonces acá, ni preguntar…

Si por alguna razón el cliente no quería comprar el vehículo propuesto, por su marca o modelo, automáticamente pasaba al último lugar del escalafón, tras fundamentar por escrito su rechazo.

Tal dilación contrasta con la prontitud en que ciertos vehículos son repuestos, según anécdotas y testimonios de razonable credibilidad, sobre todo cuando el asunto beneficia o le evita un problema a personajes cercanos al poder. Y no precisamente popular…

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