Las autoridades de Camagüey promocionan el barro como alternativa para compensar la escasez de todo tipo de materiales de construcción que afecta el avance de los programas locales de viviendas destinadas a personas afectadas por huracanes en las últimas décadas, para madres con más de tres hijos y para casos sociales, según declaró en la televisión nacional Nadiezha Guerra, directora provincial de Vivienda de ese territorio.
Según los datos ofrecidos a la prensa oficial, y reportados para el estatal Noticiero Nacional de Televisión (NTV), alrededor de 41 000 viviendas que se construyen en todo Camagüey se culminarán gracias al empleo de este material, que remite a las primas épocas prehistóricas de la humanidad, y a los primeros siglos coloniales cubanos.
El regreso a las casas de barro fue defendido por el historiador local Fernando Crespo, quien declaró a la televisión que desde la fundación de la ciudad patrimonial este material era empleado para la fabricación de ladrillos, tejas y pisos, conformando casi la totalidad de las viviendas de esos siglos fundacionales.
El barro ya apilado a mano, conocido como “cob”, ya en forma de ladrillos (adobe), o ya compactado (tapial), ha resultado siempre una forma muy barata para construir, siendo ampliamente utilizado por las civilizaciones antiguas y por las ubicadas actualmente en zonas desérticas, donde la piedra y la madera son raros.
Según las informaciones de los funcionarios abordados, en el municipio de Guáimaro, y en los poblados de Cascorro y Las Mercedes, se están produciendo ya las primeras hornadas de tejas de barro destinadas a la construcción de las viviendas planificadas que presentan gran retraso ante las deficientes provisiones de materiales.
En meses previos, otras provincias de Cuba defendieron el empleo del barro como materia prima esencial para suplir las carencias constructivas. En abril pasado, durante la edición 20 del Seminario Iberoamericano de Arquitectura y Construcción con Tierra, celebrado en Trinidad, Sancti Spíritus, se promocionó la construcción de viviendas con barro de manera íntegra.
Funcionarios de la Empresa de Producción de Materiales (EMPROMAC) de Santiago de Cuba, declaró igualmente que habían sustituido hormigón por barro ante el déficit que presentaba el primero. El barro serviría a la entidad santiaguera para elaborar tubos sanitarios, celosías, rasilla, losas y ladrillos, que requieren de hormigón en sus composiciones.
Entre otras alternativas que buscan las empresas constructoras cubanas para paliar la gran carencia de materiales más “convencionales” en la actualidad, se encuentra la madera y el cinc, con las que ya se fabrican otra cantidad de viviendas en zonas rurales de provincias como Las Tunas.
