Imagínese que alguien le deba dinero durante meses y que a pesar de la deuda «milenaria» , le insista y le exija que Ud. continúe produciendo alimentos para él. ¿Lo haría? ¿Continuaría haciéndolo? ¿Continuaría confiando en ese «mala paga? ¿O dejaría de creer en esa sanguijela y abandonaría sus compromisos productivos contraídos con él? Pues más o menos así están los campesinos cienfuegueros, con la desventaja de que si producen y no quieren dárselo al estado fíao, hasta ver si este se avergüenza y les paga un día, tampoco pueden hacerlo «por la izquierda», pues es una ilegalidad y pueden perder – dirían esos mismos campesinos cienfuegueros – güira, calabaza y miel.
Se trata de un problema tan viejo como la sarna: los impagos del Estado a los campesinos. Que sin tetas no hay paraíso… o mejor dicho: sin dinero, no hay producción.
Así con pinzas, para no provocar la ira de la censura gubernamental y de los gobernadores y Primeros Secretarios del PCC en la provincia, siempre prestos a regañar a periodistas de Cienfuegos – ¡si lo sabré yo, Ismary Barcia Leyva, Adonis Subit Lamí y otros (ellos dos con muchos más méritos) y otros muchos periodistas cienfuegueros – se publicó un trabajo en el diario provincial 5 de Septiembre sobre el tema, en el que se resume , grosso modo, los impagos y crisis en la producción agrícola de Cienfuegos
Según el reporte del diario 5 de septiembre, citado por 14ymedio, algunos de estos agricultores llevan hasta cuatro meses sin recibir pagos de la Empresa Agroindustrial de Granos, que asegura no tener los fondos necesarios para cubrir sus deudas.
Uno de los casos más emblemáticos es el de Juan Carlos Durán Rodríguez, un productor de ganado y propietario de tierras en Aguada de Pasajeros, quien expresó su frustración debido a la falta de pagos por parte del Estado.
«Desde hace tres meses dejaron de pagarnos la moneda nacional y nunca nos han retribuido la divisa pendiente por sobrecumplimiento», denunció Durán. A pesar de cumplir con las entregas diarias de entre 13 y 18 litros de leche a la Empresa de Productos Lácteos Escambray, los pagos siguen sin llegar.
Esta falta de liquidez no solo afecta a los ganaderos, sino que golpea con más fuerza a los productores de arroz.
Pedro López Izquierdo, un productor con más de tres caballerías de tierra, describe la situación como insostenible: «Ya el año pasado estuve cinco meses sin cobrar, y ahora lo mismo. Es una situación muy difícil, porque tengo familia, equipos que arreglar, y la reparación hoy de un tractor cuesta entre 200.000 y 300.000 pesos», relató López a la prensa oficialista.
A estos problemas de impagos se suma la bancarización, un proceso implementado por el régimen cubano que ha complicado aún más la vida de los productores. Los campesinos denuncian la falta de acceso a dinero en efectivo, lo que limita su capacidad para comprar insumos esenciales como combustible, que en el mercado informal alcanza precios desorbitados.
«Vas a la bodega y nunca hay dinero, en el Banco tampoco tienen fondos, y esto limita mucho», comentó Durán Rodríguez.
El impacto de estos problemas es devastador. Taymí Torres Machín, presidenta de la cooperativa Pedro Filgueiras Solís, reveló que la producción de arroz ha caído dramáticamente. En 2018, la cooperativa entregó 68.000 quintales de arroz, pero en la campaña más reciente solo lograron 160 toneladas, lo que representa una caída del 97,7%.
Las autoridades intentan calmar a los agricultores, prometiendo la obtención de créditos y el pago de deudas por parte de otras empresas estatales.
Sin embargo, la situación en el campo cubano sigue siendo crítica, con los productores expresando su frustración ante lo que consideran un fracaso del sistema para sostener la producción y garantizar la supervivencia de miles de familias dependientes de la agricultura y la ganadería.
Y es que también, después de 65 años de promesas y promesas, la gente, en masa, ha dejado de creerles, y se han marchado hasta del país.
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